El juez Juan del Olmo comenzó ayer, a última hora de la tarde, a interrogar a cuatro policías que, junto a un matrimonio de delincuentes, traficaron con explosivos y drogas, y que revelaron su trama a El Mundo para que ese diario alimentara la teoría de la conspiración del 11-M. Antes del interrogatorio a los agentes, el juez oyó el testimonio de otros tres imputados.

El juez abrió este caso el pasado agosto, cuando aparecieron cinco kilos de goma 2-Eco --explosivo empleado en el 11-M-- en Leganés, donde se suicidaron los siete autores materiales de la matanza. Los agentes traficaron con este material para lograr que el padre de un confidente policial fuera trasladado a Madrid desde una cárcel gallega.

IMPUTADOS Del Olmo cerró ese caso tras comprobar que los explosivos no habían llegado a manos de grupos terroristas. Por ello, los agentes continuaron con sus prácticas y colocaron cinco kilos de cocaína a una mujer rusa a petición del abogado Gerardo Herrero, que quería la custodia de su nieto. La mujer fue detenida. Por ello, los agentes han sido imputados por tráfico de drogas, detención ilegal y simulación del delito.

Fuentes judiciales sospechan que los agentes corruptos decidieron blindarse y acudieron a El Mundo para contar el hallazgo de los explosivos en Leganés. Los agentes no tomaron precauciones al pensar que el hecho estaba archivado. Entre el 22 y el 30 de noviembre mantuvieron varias conversaciones con un periodista de ese diario. Además, la policía grabó uno de los encuentros que mantuvieron el agente Celestino Rivera y el periodista. En esa cita, la pasada semana, el periodista le muestra la información que ha escrito, en la que vincula el tráfico de explosivos con el 11-M. Pero fuentes de la investigación han revelado que en las conversaciones telefónicas no se cita la matanza de Madrid ni se habla de dinero. "Existe un cierto compadreo" entre los dos, según esas fuentes.

En las conversaciones, ambos comentan que el reportaje --que se publicó el pasado jueves-- "va a ser un bombazo". Los policías corruptos son conscientes de que su información se va a utilizar contra la instrucción del 11-M, ya que no desvelan el resto de hechos delictivos en los que están implicados. Tampoco sabían que el sumario contra ellos seguía abierto. Por ello, la policía les imputa una revelación de secretos.

JUSTICIA ORDINARIA Fuentes de la fiscalía anunciaron ayer que, previsiblemente, se pedirá prisión para los detenidos. Junto a los cuatro agentes han sido arrestados tres civiles, el matrimonio y el abogado. Es probable que el juez Del Olmo remita el caso a la justicia ordinaria, competente para investigar la corrupción policial.