La policía francesa y la Guardia Civil española detuvieron ayer, en una operación simultánea ordenada por la juez antiterrorista francesa Laurence Le Vert, a los monjes benedictinos Juan Antonio Agirre Begiristain, de 75 años, archivero del monasterio de Lazkao, en Guipúzcoa, y a Marcel Etxendi, de 70 años, miembro de la abadía de Notre Dame de Belloc, en Urt (suroeste francés). El Ministerio del Interior español dijo que era una operación "de bajo perfil".

La juez se basó en que ambos monjes figuraban en la documentación incautada al jefe de la banda terrorista ETA, Mikel Albisu, Antza , cuando fue detenido el 3 de octubre pasado en Francia. Una nota de Antza al fraile francés decía que el fraile español iba a viajar al monasterio de Belloc a recoger un paquete. Ambos religiosos quedaron en libertad tras declarar.

Aguirre, nacido en Alegi (Guipúzcoa), es el responsable de la afamada biblioteca de los benedictinos de Lazkao, en Guipúzcoa. Este archivo es una referencia básica para quien esté interesado en documentos y publicaciones sobre tema vasco. Historiadores, profesores, estudiosos y sociólogos han acudido a él.

Agirre ingresó en el convento benedictino a los 13 años y realizó los estudios sacerdotales, que completó en la abadía de Belloc. Al hacerse cargo de la biblioteca fue a Barcelona a estudiar Biblioteconomía y trabajó en la biblioteca del monasterio de Montserrat. Según ha dicho en varias ocasiones, "allí fue donde me mordió el veneno del libro", y decidió importar a Lazkao los sistemas de recogida y clasificación de publicaciones que se realizaban en Cataluña.

DE ETA Y DE TODOS Ayer, tras declarar ante la Guardia Civil, que "entendió su manera de trabajar", aseguró que "jamás" había tenido vinculación con el jefe de ETA. Explicó que su misión como archivero consiste en "recopilar" documentos de todos los partidos, tanto de derechas como de izquierdas.

Un colaborador admitió que en el archivo se recibían periódicamente boletines internos y documentos de ETA. "Mi misión no es hablar con unos y otros --dijo Agirre--; yo tengo las puertas abiertas para todo el mundo y no hago distinción; mi misión es recopilar de todos los partidos, de derechas e izquierdas".

El monje pidió a los agentes una copia de la orden judicial de detención con objeto de añadirla al archivo, pero no la consiguió porque, según le dijeron, estaba bajo secreto sumarial. "Yo quería una copia para decir a la gente el día de mañana: ´mira cómo estuvieron aquí´". Según la abogada del religioso, Elu García, los guardias revisaron durante cuatro horas el archivo, "pero no se llevaron nada".