LA DESINFORMACIÓN

¿Manipuló el Gobierno datos de la masacre?

La comisión parlamentaria del 11-M no tuvo dudas al respecto. Con la oposición en solitario del PP, concluyó que el Gobierno de Aznar se empeñó en defender hasta bien entrado el 13 de marzo que la principal línea de investigación apuntaba a la autoría de la banda terrorista ETA, a pesar de que esta hipótesis perdió peso desde el mismo día en que se produjeron los atentados. Según la comisión, el entonces ministro del Interior, Angel Acebes, "deformaba los datos que recibía y los hacía llegar a la ciudadanía, induciéndola a pensar que había sido ETA".

El PP niega que el anterior Ejecutivo hubiera manipulado los datos de que disponía y alega que en un principio todo apuntaba a la autoría etarra. Los populares señalan también al PSOE como fuente de la intoxicación informativa. De esta manera, se preguntan por qué razón no se investigó el origen de la "noticia falsa difundida por el secretario general del PSOE" en la tarde del día 11 informando de que había aparecido el cadáver de un suicida. En realidad, la noticia la dio en primer lugar una emisora de radio, que reconoció después la equivocación y la atribuyó al vértigo de los acontecimientos.

RESPONSABILIDAD

¿Un mayor celo habría evitado la matanza?

A pesar de señalar la existencia de diversos fallos en las labores preventivas contra el terrorismo islamista, la comisión parlamentaria del 11-M no concluyó que los atentados perpetrados en los trenes de Madrid se hubieran podido evitar con un mayor impulso político de la lucha contra los grupos islamistas. Para los comisionados, las medidas preventivas que se adoptan nunca resultan suficientes, aunque ayuden a reducir las probabilidades de que los terroristas consigan sus propósitos.

La prueba por excelencia de la vulnerabilidad que existe en el seno de las sociedades occidentales ante los terroristas yihadistas la aportaron los brutales atentados del 11-S del 2001 en Estados Unidos, un país que llevaba ya bastante tiempo prevenido contra una posible acción criminal de este calibre por parte del extremismo islamista.

Los riesgos de un ataque terrorista en España aumentaron ostensiblemente después de la decisión adoptada por el entonces presidente Aznar de participar en la guerra de Irak. En su comparecencia ante el Congreso, el expresidente alegó que España ya era un objetivo de los yihadistas por el mero hecho de pertenecer a la comunidad occidental. Sin embargo, y en discrepancia con esta opinión, distintos informes de los servicios secretos aportados a la comisión del 11-M sostuvieron que el apoyo de Aznar a la invasión de Irak contribuyó de manera decisiva a colocar a España en el centro de la diana islamista.

LOS COMICIOS DEL 14-M

¿El atentado marcó el resultado electoral?

Tres días después de los atentados, el PP perdió las elecciones generales tras ocho años en el poder. Los populares han mantenido desde entonces la tesis de que la masacre provocó el "vuelco electoral" y que los terroristas "consiguieron su objetivo". En su comparecencia ante la comisión del 11-M, Aznar sostuvo que los terroristas hubieran actuado el 4 de marzo si las elecciones hubieran sido el día 7.

Es evidente que la matanza influyó de alguna manera en los resultados electorales; lo difícil es establecer en qué medida exacta. Poco antes de los comicios, los sondeos ya pronosticaban un estrechamiento de distancias entre el PSOE y el PP, debido en gran parte al malestar popular contra la guerra de Irak. Algunas encuestas incluso daban ya una ligerísima ventaja a los socialistas a 48 horas de las elecciones.

El 14 de marzo, una bolsa enorme de abstencionistas de izquierdas se movilizó en favor del PSOE, lo que desequilibró en su favor la balanza electoral. Con ese argumento, el PP ha intentado deslegitimar el triunfo socialista. Sea como fuere, los ciudadanos votaron en libertad lo que consideraron oportuno ante una situación extraordinaria.

LOS CÓMPLICES

¿Quiénes ayudaron a los autores del 11-M?

En el sumario que instruye Juan del Olmo sobre el 11-M hay 116 imputados. Sin embargo, el juez sólo piensa procesar a entre 30 y 40 de ellas. El resto serán excluidas de esta investigación al no haberse podido acreditar que tuvieran relación con el 11-M.

Entre los imputados figura el marroquí Jamal Zugam, un viejo conocido en el terrorismo islamista, que se libró por los pelos de ser acusado de pertenecer a la célula española de Al Qaeda. Ahora ha sido identificado por varios testigos como uno de los terroristas que viajaron en los trenes de la muerte. Zugam, al igual que la mayoría de los imputados, mantuvo relaciones con Imad Eddin Barakat, Abú Dahdah, que reclutó a dos de los hombres clave en esta trama: Amer Azizi (huido) y Mustafa Maymuni, preso en Marruecos por su relación con los atentados de Casablanca del 2003. En el 2002, Maymuni formó una célula en Madrid en la que se integraron los siete suicidas.

Además, este grupo contó con un grupo de apoyo para facilitar la huida a cinco supuestos autores materiales de la matanza cuyas identidades se desconocen, aunque sus huellas han aparecido en lugares empleados para preparar la masacre.