Irak se comprometió ayer ante los jefes de los inspectores de la ONU a facilitar su trabajo e incrementar la cooperación en un intento de conjurar una invasión, cuyos preparativos bélicos van a marchas forzadas tanto en Washington como en Londres. Sin embargo, la incertidumbre planeó sobre la efectividad del pacto cuando, desde Atenas, Hans Blix, máximo responsable de la Comisión de Investigación, Verificación e Inspección, precisó que Irak había puesto condiciones "inaceptables" para que los aviones espía U-2 estadounidenses sobrevuelen su espacio aéreo.

El Gobierno iraquí pactó una declaración común, a modo de decálogo, en la que se establece el libre acceso a todos los lugares --incluidos los domicilios privados--, se insta a la población civil a cooperar con los inspectores y se anima a los científicos iraquís a declarar en secreto sus actividades armamentísticas a la ONU. La falta de acuerdo sobre el empleo de los aviones espía puede poner en entredicho el acuerdo.

HALLAZGO DE MAS OJIVAS

El decálogo iraquí de compromisos incluye la creación de un equipo de expertos propio para investigar las cuestiones más candentes, como por ejemplo el caso de las 11 cabezas de misiles vacías encontradas en un depósito de municiones. Ayer mismo, en un gesto de aparente buena voluntad, las autoridades iraquís anunciaron a Hans Blix y Mohamed el Baradei, director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), el hallazgo en Irak de otras cuatro ojivas de características similares.

La predisposición iraquí a cooperar fue acogida con sumo escepticismo en EEUU. "Tras 11 o 12 años de ver cómo Sadam incumplía su palabra, ésta ya no tiene tanto sentido como sus actos", declaró el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.

Para la consejera de seguridad del presidente Bush, Condoleezza Rice, el compromiso iraquí no tuvo ningún efecto como conjuro sino todo lo contrario. Rice dijo que la fecha del 27 de enero, en la que los inspectores presentarán su informe sobre el desarme, "marcará el principio de la última fase" de la crisis.

El secretario de Estado, Colin Powell, se mostró igual de firme: "No podemos quedar reducidos a la impotencia por miedo a adoptar las decisiones difíciles que se nos presentan".

LA DIPLOMACIA SE AGOTA

El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, también unió su voz al coro de quienes alertan de que el tiempo de la diplomacia se está agotando. Ante excombatientes, Rumsfeld advirtió ayer de que "no hará falta esperar meses para determinar si Irak coopera", en implícita referencia a la fecha del 27 de enero.