El juicio contra los 30 presuntos terroristas islamistas que planearon atacar a la sede de la Audiencia Nacional empieza hoy. Y será precisamente este tribunal el que los juzgue, después de que la mayoría fuese detenido en octubre del 2004, en la operación Nova, y fuesen después procesados por el juez Fernando Grande-Marlaska.

El grupo estaba presuntamente conectado con la red de Al Qaeda y se imputa a sus miembros los delitos de conspiración para cometer atentado y pertenencia a banda armada.

La estructura terrorista se fue formando con reclusos de la cárcel de Topas (Salamanca), donde su líder, Abderrahmane Tahiri, estuvo en diferentes ocasiones entre el 2001 y el 2002. Después se fueron creando cuatro células. Las dos primeras nacieron en la cárcel salmantina y en la de A Lama (A Coruña), y las siguientes, en Almería y en Valencia.

El fiscal, Pedro Rubira, pide 46 años de cárcel para el cerebro, Tahiri. Otros 29 años para el jefe de la célula salmantina, Said Afif. 13 años más para Dibali Abdellah, jefe de la célula de A Lama, y para el de la originada en Valencia, Djilali Mazari. Para el resto, las penas que pide el fiscal oscilan entre los 2 y los 37 años.

El grupo terrorista pretendía estrellar un camión bomba contra la Audiencia para matar a todas las personas del entorno --unas 980--, y destruir los archivos relativos a causas abiertas contra los terroristas islamistas. Para cometer este atentado, los acusados trataron de adquirir 1.000 kilos de goma-2, de los cuales 500 serían utilizados en esta acción y el resto se emplearía en otras acciones terroristas.

Su propósito era cargar la dinamita en un camión y lanzarlo a toda velocidad contra el edificio de la Audiencia Nacional. El grado de preparación del atentado había llegado a tal extremo, según la Fiscalía, que hasta siete de los procesados habían manifestado su voluntad de inmolarse junto a Tahiri en la ejecución de este atentado.

La vista se celebra a pocos días de que se conozca la sentencia del 11-M, el 31 de octubre.