Aunque sus votos no eran imprescindibles, el grupo de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds (IU-ICV) anunció ayer que "por responsabilidad" se alineará con el PSOE para asegurar la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para el 2008. Después de que este pasado lunes CiU --con el apoyo de PP, ERC, Coalición Canaria y Eusko Alkartasuna-- rechazasen la ley en el Senado, ahora el Congreso deberá levantar el veto de la Cámara alta para así evitar que se acaben prorrogando las cuentas de este año. De todas formas, aunque sea una votación compleja, el Gobierno respira tranquilo porque, sin que le sobren los apoyos, no tendrá problemas para aprobar definitivamente los presupuestos.

Para ello necesita una mayoría absoluta (176 votos) y, según los cálculos del PSOE, además de sus diputados y de los de IU-ICV, contará también con los del PNV, BNG, Chunta Aragonesista y dos diputados más del Grupo Mixto.

El portavoz de IU-ICV, Joan Herrera, apuntó que su grupo no está totalmente satisfecho con los presupuestos del 2008, pero consideró que "lo peor" que podría pasar es que se prorrogasen los actuales.

Los presupuestos no peligran, pero la actitud de CiU y ERC ha molestado, al menos aparentemente, al Gobierno. Aparentemente porque, con el rechazo del Senado, los socialistas se han ahorrado dinero y complejas negociaciones para desencallar las más de 4.000 enmiendas que quedaban pendientes. Eso, sabiendo de antemano que en el Congreso podrían levantar el veto y que, por lo tanto, las cuentas se aprobarían.

FALTA DE VOLUNTAD Pero, a dos semanas de que el Congreso dé por liquidada la legislatura, y con la mirada puesta en las elecciones de marzo, el PSOE y los nacionalistas insisten en reprocharse falta de voluntad para llegar a un acuerdo. El vicepresidente Pedro Solbes consideró que la actitud de CiU y Esquerra responde a una táctica para "infligir una derrota formal al Gobierno, esperando que alguien resuelva el desaguisado". Y alertó de nuevo de las pérdidas que una prórroga presupuestaria supondría para Cataluña.

CiU argumenta que ha rechazado las cuentas del Gobierno, y más concretamente las del Ministerio de Vivienda, que depende de Carme Chacón, porque los socialistas no tenían ningún interés en negociar. El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, ironizó afirmando que en el pasado puente de la Constitución no había recibido ninguna llamada del Ejecutivo. Recordó que "otras veces, cuando una votación depende de CiU, me llaman del Gobierno".

Según fuentes del PSOE, los lamentos de Duran no tienen razón de ser, porque incluso horas antes de que se debatiese el veto en el Senado, el líder de Unió estuvo reunido con el portavoz del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido.