La izquierda aberzale ilegalizada ha entrado en la última fase de su debate interno, tras recabar "miles de aportaciones" al documento que sirve de partida a la reflexión y que propone un "proceso democrático sin violencia ni injerencias externas". Las bases han analizado su futuro político en 254 asambleas clandestinas en el País Vasco y Navarra, con la participación de 6.467 personas. Todo apunta a que la mayoría de los asistentes refrendan la idea de dirigentes como Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga, ambos en prisión, que pretenden cerrar el ciclo violento para dar todo el protagonismo a las vías políticas.

La izquierda aberzale anunció ayer, a través de un comunicado, que en febrero se conocerán las conclusiones de ese proceso interno. En la mayoría de las reuniones se ha debatido únicamente el texto respaldado por Otegi y Usabiaga, entre otros dirigentes, aunque también se ha constatado que una parte de la militancia continúa apoyando la coexistencia de las vías armada y política. Algunas asambleas llevadas a cabo en localidades especialmente radicalizadas han sido muy tensas, al hacerse patentes intentos minoritarios de condicionar la conversación defendiendo las tesis de ETA. Y cara al futuro, aún queda por conocer la reacción de la propia banda terrorista a ese debate interno.

MARCHA DE BILBAO Mientras, los partidos que convocaron la manifestación del sábado en Bilbao para reclamar respeto para los presos de ETA se felicitaron ayer por el éxito de la iniciativa. El portavoz de Aralar Jon Abril afirmó, además, que una modificación de la política penitenciaria "tendría consecuencias inmediatas en el camino de la paz". Desde el PNV, que no respaldó la convocatoria, su portavoz parlamentario, Joseba Egibar, enmarcó la marcha en el debate que vive la izquierda aberzale. De hecho, Aralar, Eusko Alkartasuna (EA), Alternatiba y AB (escisión francesa de Batasuna) acudieron en apoyo de la izquierda aberzale tras el veto inicial de la manifestación, lo que permitió visualizar el denominado polo soberanista que aspira a convertirse en un referente tras el final de ETA. Las críticas llegaron desde el PP, que acusó a EA y Aralar de haberse convertido en los "tontos útiles" de la izquierda aberzale al facilitar que se burlara la prohibición inicial de la Audiencia Nacional.