Batasuna no pasó ayer la primera prueba para demostrar su nuevo compromiso con las vías políticas y democráticas. Por lo menos, eso es lo cree el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, quien reclamó sin éxito una condena del ataque que sufrió durante la madrugada el puesto de atención ciudadana de la Ertzaintza en Agurain (Alava).

A primera hora de la mañana, Ares emplazó a los "radicales aberzales", que es como los denomina ahora, a que se pronunciaran "sin rodeos" sobre el lanzamiento de seis cócteles molotov contra las dependencias policiales.

Poco después, los dirigentes aberzales Aitor Bezares y Miren Legorburu dieron en San Sebastián la primera y alambicada respuesta de manual: la izquierda aberzale ha apostado de manera unilateral por "confrontar con el Estado en términos y parámetros políticos" y, por tanto, "otras expresiones no corresponden y no encajan" con esta posición. También afirmaron que van a "reflexionar" con EA sobre dichos hechos, ya que existe un acuerdo para hacer "un camino común".

Mientras Legorburu lamentó las "posiciones inmovilistas" que, en su opinión, reflejan las críticas del PSE a la izquierda aberzale, Bezares admitió la implicación de Je- sús Eguiguren en la búsqueda de una solución al problema vasco y animó a otros a que den pasos en esa dirección.