La presidenta del Tribunal Constitucional (TC), María Emilia Casas, asumió ayer la ponencia del séptimo borrador del Estatut de Cataluña después de que el vicepresidente de esta institución, el conservador Guillermo Jiménez, retirara su propuesta ante la imposibilidad de alcanzar los apoyos necesarios. El fracaso del texto puso de manifiesto, por si quedaban dudas, que los 10 magistrados del Constitucional son incapaces de llegar a un acuerdo sobre la Carta catalana.

Fuentes del alto tribunal explicaron que los jueces comenzaron a debatir el borrador de Jiménez a última hora de la mañana y continuaron por la tarde. En la sesión, el ponente detalló el contenido de su sentencia y comprobó que no tenía los apoyos suficientes para lograr una mayoría suficiente.

Jiménez asumió la ponencia después de que el 16 de abril el pleno rechazara el texto redactado por la progresista Elisa Pérez Vera por seis votos a cuatro. El nuevo ponente elaboró tres propuestas de fallo y después una sentencia que declaraba más artículos inconstitucionales que el borrador de Pérez Vera y endurecía las interpretaciones de otros preceptos. En la elaboración del nuevo texto participaron activamente los magistrados Manuel Aragón y Ramón Rodríguez Arribas.

Ante el actual bloqueo, la presidenta decidió tomar las riendas y se designó a sí misma ponente para intentar "reconducir" la situación, según fuentes del alto tribunal. Casas sigue en la posición mayoritaria, y es más fácil que Aragón, elegido a propuesta del Gobierno, deje de coquetear con los conservadores.