La unidad de España es una "preocupación" para los militares, que quieren que siga como "patria común e indivisible de los españoles". Con estas palabras, el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), teniente general Félix Sanz Roldán, se sumó ayer al grupo de personalidades y representantes de las instituciones del Estado que en los últimos días se han pronunciado sobre el nuevo proyecto de Estatuto de Cataluña.

Al ser preguntado por varios asistentes a un desayuno en el Foro Nueva Economía de Madrid sobre si el proyecto estatutario cabe en la Constitución, pone en peligro la unidad de España o si se puede asumir el término de "nación" catalana, el JEMAD dio por sentado que el texto puede afectar negativamente a la cohesión territorial y recordó: "La unidad es una preocupación para los militares que, desde que ingresamos en la Academia, hemos vivido por y para España".

El general Sanz añadió: "Qué duda cabe de que existe entre los militares un gran interés para que esta España secular que tanta gloria e historia acumula siga siendo la patria común e indivisible de los españoles". En este punto se limitó a repetir el precepto constitucional (artículo 2) tantas veces invocado por el ministro de Defensa, José Bono. El citado artículo "reconoce y garantiza" el derecho de las "nacionalidades" a la autonomía.

PROCESO "DIFICIL Las palabras de Sanz encontraron un eco inmediato. El primer secretario del PSC y ministro de Industria, José Montilla, las calificó de "obvias" y dijo que ve "muy bien" que los militares españoles "conozcan la Constitución, pues no siempre ha sido así". Pero Montilla reconoció que "será necesario pactar, hacer concesiones" para sacar adelante el Estatuto en las Cortes, y auguró que empieza "otra parte difícil" del proceso.

El ministro remarcó la necesidad de "blindar constitucionalmente" el texto del Estatuto, que --añadió--, "en su redactado actual raya la inconstitucionalidad". Y recordó que para aprobar el Estatuto en las Cortes es "básico" el concurso del PSOE.

Las palabras de Montilla augurando retoques provocaron la inmediata reacción de CiU. Su presidente, Artur Mas, juzgó "desconcertante, preocupante y alarmante" que, sólo tres días después de aprobarse el Estatuto, Montilla anuncie ya la intención del PSC de enmendarlo en el Congreso. Mas vio en esas palabras la prueba de que el partido de Pasqual Maragall sólo apoyó el texto por "conveniencia".

El presidente de la Generalitat catalana, Pasqual Maragall, daba por hecho que, tras su paso por Madrid, el Estatuto seguiría describiendo a Cataluña como una nación. Montilla, por su parte, sugirió buscar un redactado "que sea capaz de reflejar la identidad nacional de Cataluña y sea compatible dentro de la arquitectura constitucional".

Maragall acudirá mañana a Madrid para hablar del Estatuto con Zapatero, quien, a su vez, le detallará el proceso que seguirá el proyecto en el Congreso. Maragall ha pedido para el mismo día audiencia con el Rey.

El Gobierno ya prepara los retoques a introducir en el texto. El titular de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, ordenó ayer que se enviara copia de la propuesta catalana a todos los ministerios para que elaboren un informe sobre los efectos que tendría sobre sus respectivas competencias.

Ayer, mientras la cúpula del PSOE asumía los reparos respecto al Estatuto ya expresados por Zapatero, Sevilla abogaba por "escuchar, discutir, hablar y negociar" la propuesta catalana, "lo que no significa decir amén". El ministro inscribió el Estatuto en la tradición del "catalanismo político", que "históricamente no ha buscado dar la espalda a España, sino reformarla para sentirse más cómoda en ella".

SONDEO El Pulsómetro de la cadena SER reveló que el 49% de los españoles están en contra del proyecto estatutario catalán y un porcentaje similar, uno de cada dos encuestados, confía en que Zapatero reconducirá la situación. Sólo el 28% de españoles están a favor del Estatuto.