Domina Marbella a su antojo desde 1991, cuando logró la alcaldía por mayoría absoluta. Su proyecto personalista y demagogo hipnotizó al pueblo: "Quiero ser alcalde para vender mis pisos, pero también los tuyos, y los del otro", fue su mensaje electoral. Su ambición y sus desmanes le han llevado permanentemente a los tribunales. Su descalabro se inició en 1999, cuando quiso meter los tentáculos en Ceuta, Melilla y La Línea de la Concepción. Tras ser inhabilitado en abril del 2002, dirigió Marbella desde la sombra. Tras el cese de Juan Antonio Roca, su hombre en el ayuntamiento, desató toda su ira contra Julián Muñoz.