El presidente del Tribunal Constitucional, órgano que dirime los contenciosos entre el Estado y las autonomías, desató ayer un conflicto sin precedentes al pedir que se suprima la distinción entre las comunidades históricas --Cataluña, Euskadi y Galicia-- y el resto. Manuel Jiménez de Parga negó los hechos diferenciales de estas tres autonomías y tachó de "gran error" definirlas como "nacionalidades históricas". Por estas y otras tesis le llovieron peticiones de dimisión.

Siempre polémico por sus opiniones sobre el Estado autonómico, Jiménez de Parga objeta a este modelo territorial que es una "fórmula novedosa y difícil de aplicar", pero asume que se debe mantener "mientras esté ahí". Otra cuestión es la división entre "nacionalidades y regiones", que rechaza pese a que está consagrada por la Constitución.

REFERENDOS EN LA REPUBLICA

En un desayuno-coloquio organizado por el Fórum Europa en Madrid, Jiménez de Parga defendió el carácter histórico de las 14 autonomías que no lo tienen legalmente reconocido: "En un territorio como España, repleto de historia de norte a sur y de este a oeste, unos reinos de brillante trayectoria no pueden seriamente verse reducidos a ser unos segundones frente a tres comunidades que dicen que son distintas porque plebiscitaron en la República unos estatutos de autonomía".

El magistrado aludía a que Cataluña, Euskadi y Galicia fueron los únicos territorios que aprobaron sus estatutos en referendo antes de la guerra civil, lo que aceleró su acceso a la autonomía en la transición.

Pero, en su opinión, el "corte" histórico, no debe hacerse en la República, sino aún más atrás: "Corte usted en el año 1000, cuando los andaluces teníamos, y Granada tenía, docenas de surtidores de agua de colores distintos y horarios diversos, y en algunas zonas de esas llamadas comunidades históricas ni siquiera sabían lo que era asearse los fines de semana".

Para el presidente del Constitucional, la clasificación entre nacionalidades y regiones "tuvo su interés político en 1977, pero hoy no tiene ninguno". "Debemos esforzarnos en abandonarla", sentenció tras negar que la historia ampare la existencia de los hechos diferenciales catalán, vasco y gallego.

Jiménez de Parga estima que otras autonomías no pueden admitir "esa gran falacia. ¿O es que la historia no configura otras regiones, territorios o nacionalidades?". También denunció que las escuelas de las autonomías históricas no enseñan la historia de España.

RECHAZO AL FEDERALISMO

En el "sistema de organización territorial" de España, añadió el presidente del Tribunal Constitucional, tampoco cabe el federalismo, ya que "se basa en que los componentes tienen todos poder originario".

"Para nosotros, el único poder originario es el de la nación española", sentenció Jiménez de Parga, rechazando también el federalismo asimétrico que propugna Pasqual Maragall.