Martes por la tarde. José Antonio Alonso regresa desde Barcelona a Madrid a bordo del AVE y pendiente del plan de ayuda a la banca que a esa hora está detallando José Luis Rodríguez Zapatero. Medida "preventiva", aclara, que no cuestiona la solidez del mercado financiero español.

--La magnitud de la crisis ha sorprendido a todo el mundo, pero quizá más en España por la insistencia del Gobierno en relativizarla. ¿Fue un error poner paños calientes?--Más allá de las discusiones semánticas de hace unos meses, el Gobierno diagnosticó bien el origen del problema: el alza del precio del petróleo y la crisis financiera derivada del hundimiento de las hipotecas de alto riesgo en EEUU. También dimos la respuesta correcta: casi 50 medidas económicas destinadas a las familias, las pymes y los ciudadanos en general.

--Pero la inicial resistencia de Zapatero a asumir la gravedad de la crisis ha sido un baldón, no ha ayudado al Gobierno a generar confianza en torno a las medidas adoptadas.--Ningún Gobierno del mundo pudo prever la magnitud de esta situación crítica del sistema financiero internacional, que está obligando a todos los países de nuestro entorno a intervenir en la economía de una manera u otra. Y el Gobierno, aunque el sistema financiero español es tan sólido o más que el resto de los europeos, ha tomado medidas preventivas, como garantizar los depósitos bancarios hasta 100.000 euros o inyectar 50.000 millones de euros en el circuito crediticio.

--Con cierta improvisación: el Ejecutivo primero rechazó ampliar la garantía de los depósitos bancarios sin un acuerdo en la UE, y luego lo hizo de manera unilateral.--Este Gobierno es europeísta, desea que las grandes decisiones se tomen coordinadamente entre todos los socios, pero la realidad es que primero actuó Irlanda de forma unilateral, la siguió Alemania y luego otros países. Nosotros esperamos a la reunión de los ministros de finanzas, el Ecofin, para anunciarlo.

--En España no fallaron los controles, pero ha habido que adoptar las mismas medidas que en países donde sí fallaron. Poco edificante, ¿no?--Lo que se ha demostrado es que donde los organismos reguladores no han funcionado o han funcionado con menos intensidad ha habido más problemas. Lo que nos lleva a la convicción de que el poder público en una democracia es insustituible en la regulación y control del marco general de la actividad económica.

--¿Qué cabe esperar de la entrevista entre Zapatero y Mariano Rajoy, si mientras apelan a la unidad no cesan de intercambiar reproches sobre la crisis?--La unidad ante los problemas es deseable, y el presidente siempre ha demostrado su predisposición al acuerdo. Pero, mientras el Gobierno ha tomado medidas, el PP se ha limitado a aprovechar la crisis para desgastar al Ejecutivo, sin hacer ni una sola propuesta. Y cuando el presidente anuncia que convocará a Rajoy para hablar de la crisis, lo primero que exige es la retirada de los presupuestos, instrumento esencial del Estado para afrontar las dificultades económicas. Pura negatividad.

--¿Cuál es entonces el objetivo del Gobierno en esa reunión?--El Gobierno seguirá tomando medidas, con o sin acuerdos con Rajoy. Esperamos que nos diga qué le parecen las iniciativas adoptadas sobre los depósitos bancarios y la liquidez financiera, qué opina del mantenimiento del gasto social en los presupuestos, si tiene alguna alternativa macroeconómica. El Gobierno ha explicado cuál es su estrategia frente a la crisis; el PP, por ahora, no.

--A dos semanas de que se voten en el Congreso, los presupuestos del Estado no tienen asegurados los apoyos para salir adelante. ¿Los tendrán?--Tenemos que negociarlo, pero hay buenas perspectivas.

--El posible apoyo a los presupuestos de la Unión del Pueblo Navarro ha enturbiado las relaciones con sus socios del PP...--UPN es un partido soberano; presumo que votará según los intereses de Navarra y de los intereses generales del país, con altura de miras.

--La renovación del Poder Judicial, que usted negoció, ha reactivado las críticas a un sistema de elección basado en las cuotas políticas, y que además prima a las asociaciones judiciales, marginando a los jueces no adscritos. ¿El pecado original no procede del pacto de la justicia que PSOE y PP firmaron en el 2001?--Soy partidario de la elección parlamentaria pura de los vocales del CGPJ, pero hay que aplicar la ley vigente, que dice que los candidatos vienen preseleccionados por las asociaciones o por los propios jueces. Yo estoy obligado a defender los intereses legítimos de los 11 millones de personas que votaron progresista, y debo intentar situar en el CGPJ a juristas de prestigio que sean progresistas. No es una elección partidista, sino de naturaleza ideológica. A este consejo no se le puede negar la legitimidad de origen. Además, en el fondo de muchas críticas late la apuesta por que sean los propios jueces los que designen a los vocales.

--¿Le sorprendió que Zapatero propusiera como presidente del CGPJ y del Supremo a un juez con unas convicciones religiosas tan profundas como Carlos Dívar?--Las convicciones morales y religiosas de cada cual pertenecen a la esfera privada. Al nuevo presidente no le he visto nunca trasladar sus convicciones a su tarea judicial, y creo que no lo va a hacer.

--Renovado el Poder Judicial, se bloquean los relevos en el Tribunal Constitucional porque el PP postula a dos candidatos inaceptables para los socialistas. ¿Pecaron de ingenuos?--Se nos ha acusado de ingenuos y también de maquiavélicos. Hemos respetado la ley, mientras que el Partido Popular ha cometido una grave deslealtad que puede dañar al Constitucional al cuestionar el sistema de elección.

--Pero al final se plantea como un trágala: o ustedes aceptan a los dos candidatos del PP o no se renueva el Tribunal Constitucional. ¿Cederán?--Nosotros respetaremos el procedimiento de designación y exigiremos que los elegidos sean juristas de reconocido prestigio e imparciales, que lo sean y que lo parezcan. Ya le digo bastante.