Son las cinco de la tarde y el calor previo a la tormenta aplasta los ánimos de cualquiera, hasta de los candidatos más aguerridos. José Antonio Monago acude a la entrevista después de una mañana en Cáceres y una comida con militantes del PP, y antes de salir para Plasencia, mitin incluido. Quizá no sea el momento más adecuado para responder y sí para descansar y tomar un café tranquilo. Aun así, se muestra educado y cortés, quizá algo cansado, pero no evita ninguna respuesta, hasta para las preguntas que le recuerdan un sudoku. Es directo, y sabe transmitir lo que quiere. Insiste una y otra vez en su normalidad. Los políticos somos personas normales, soy un hombre normal en un partido de gente normal, dice. Se muestra preocupado por los problemas de Extremadura, a los que vuelve una y otra vez, en una estructura circular sin resquicio para digresiones. Ya mediada la entrevista, deja entrever su pasión por todo lo que hace y confiesa vivir cada día pensando que es único e irrepetible. Amante de la fotografía, cree que la mirada es muy importante y afirma que la que vale es la foto de hoy, no la de ayer. En los tiempos que vivimos, esa mezcla de responsabilidad y pasión, le convierten en una persona no tan normal, diga lo que diga.

--Nuestros sueños de ayer pueden convertirse en realidad hoy, dice en su campaña. ¿Con qué sueña?

--Sueño con una Extremadura distinta, una tierra de realidades, donde el desempleo haya pasado a la historia.

--Duerme solo cinco horas. ¿Qué le quita el sueño?

--Duermo poco, pero bien. Lo que me preocupa es Extremadura, mañana, tarde, y noche.

--Transmite una imagen de hombre demasiado serio. ¿Qué le hace reír?

--Puede ser un estereotipo. Me río mucho, hasta de mí mismo, como todas las personas que tienen sentido del humor.

--Dice el humorista Buenafuente que no existen humoristas de derechas, que la izquierda sabe reírse mejor de sí misma ¿cree que es cierto?

--No, las personas que se ríen no son de derechas ni de izquierdas, son personas felices.

--¿Cuál es su pecado cotidiano más confesable?

--Pecadillo, porque los pecados se confiesan en otra esfera (se ríe). Fumo más de lo habitual.

--¿Con quién se confiesa? ¿Mantiene sus amigos de siempre?

--Sí, son amigos de la infancia, hasta de pupitre. Recurro a ellos cuando necesito evadirme del día a día.

--Parece menos triunfalista que sus compañeros ¿su reto es mayor y por eso se muestra menos convencido?

--Creo que las encuestas las carga el diablo y hay que descargarlas trabajando. Hay que ser humilde y esperar al 22. Mentiría si no dijera que es preferible tener encuestas favorables.

--¿Cómo lleva que muchos opinen que más que por méritos suyos, si gana el PP será por deméritos de los socialistas?

--Son hombres de poca fe. Hace escasamente unos meses nadie se creía que pudiéramos ganar. Yo sí, porque creo en el valor del trabajo, del equipo y en las necesidades de cambio que tienen los extremeños.

--¿Si gana el PP, pierde Zapatero y si gana el PSOE, gana Fernández Vara?

--Eso es un sudoku (se ríe). Si gana el PP, ganan Monago y el PP, y si pierde el PSOE, pierden Vara y el socialismo, es mucho más simple.

--Soraya Sáenz de Santamaría le ha llamado el rey del twitter.

--Tengo más presencia en Facebook, porque contesto a todos los que me mandan mensajes, pero creo más en la mirada que en el ratón, en estrechar una mano que en el abrazo virtual.

--¿Tiene sentido un mitin en la época del twitter?

--Sí, porque a nuestros actos está asistiendo mucha gente que no es del PP, y eso es algo que produce satisfacción y no resulta habitual.

--¿Un indeciso es un votante no informado o tan informado que solo puede decir basta?

--Un indeciso es una persona que aún no se ha decidido, pero tiene un deseo ferviente de acertar con su voto. No hay falta de información, sino todo lo contrario.

--Su blog fue uno de los primeros creados por un político en España, pero no lo actualiza desde marzo.

--La virtualidad del blog la han ocupado las redes sociales. Llevo personalmente mis perfiles, por eso no puedo actualizar un blog, facebook y twitter a la vez. Sé que algunos lo hacen, por eso no están en lo que tienen que estar.

--Ha dicho que ser bueno no es fundamental para gobernar y que considera a Vara buena persona, pero que si fuera eficaz, redoble de tambor ¿Para gobernar se necesita tener cierta coraza?

--No vale solo el buenismo. Entre los médicos que caen muy simpáticos y los que tienen prestigio profesional, está claro que los ciudadanos al final siempre acaban recurriendo a los segundos. Y sí, hay que tener coraza porque en ocasiones las embestidas son muy fuertes.

--¿Cuál es la metáfora que define Extremadura?

--Mejor la frase Camina o revienta. Extremadura tiene que tirar para adelante. Utilizo metáforas para hacer más plástico y menos encorsetado el discurso.

--Un poco aburrido a veces.

--Sí, mucho. Hay que ponerle más color, más pasión. Los políticos no somos una casta independiente, somos personas.

--Ha dicho que le parece inadmisible que Vara rechace los debates en los medios públicos, mientras que Vara le reprocha que no acepte los debates con público. Entre lo público y el público nos han privado de los debates.

--Llevo más de dos años debatiendo con los extremeños. Vara no puede tener la patente de lo que es moderno o no en relación con los debates. No puedo considerar antiguo un debate tradicional con moderador en el medio televisivo y no voy a jugar a lo que él quiere.

--El lema de su campaña es 993 razones para cambiar. El número y la precisión abruman ¿Cuáles son las dos fundamentales?

--Son las que salieron. No he querido redondear a mil, que hubiera sido una cifra de márquetin. Las fundamentales son resolver el problema del paro y fomentar a los emprendedores.

--¿Qué le parece que la Junta de Extremadura constituya el principal yacimiento de empleo de la región?

--La administración no puede sustituir a los emprendedores. En una región desarrollada no puede pivotar todo en torno al empleo público.

--¿Es Extremadura una región de funcionarios que no funciona?

--Somos la comunidad autónoma con más funcionarios por cada mil habitantes. Es un modelo socialista que en estos tiempos no tiene lugar.

--Que viene la derecha ¿es una amenaza o una promesa?

--No me considero de derechas, en el sentido peyorativo con que algunos utilizan este término. Tengo muchos callos en las manos, y sé lo que es trabajar como un obrero. Cuando dicen que viene la derecha, me acuerdo de los casi treinta años de socialismo. No encuentro esa derecha en el PP, por lo menos en el de Extremadura. Es un partido de gente muy normal.

--¿Cómo va a reducir el número de consejerías?

--Reduciremos de once a siete, y un consejero ocupará áreas que antes ocupaban dos. ¿Para qué sirven dos vicepresidencias, y para qué la Consejería de los jóvenes y deporte con un 50 por ciento de paro juvenil? Desde luego no para resolver.

¿La única forma de que gobierne el PP es obtener mayoría absoluta?

--Cayo Lara ha dicho que nanay con el PP. Lo que dice va a misa.

--Han pactado en temas tan importantes como educación ¿Son más conciliadores?

--Si estoy en la oposición, seguiré haciéndolo, y si el que está en la oposición es Vara, espero que lo haga conmigo.

--Su despacho está en la carretera. Sus votantes estarán encantados, pero ¿y su familia?

--La familia me ve más por la tele que en persona, pero es una servidumbre voluntaria que uno tiene que pagar. Por eso, mi compromiso es para ocho años. Y como lo he hecho público en todas las plazas, no hay vuelta atrás. Los mandatos tienen que tener un límite.

--¿Qué ocurriría si a pesar de todo ese esfuerzo la gente votara en blanco?

--El día 22 voy a dormir tranquilo. Creo que he hecho todo lo que tenía hacer. Cuando uno trabaja honestamente, si sale bien, miel sobre hojuelas; si no sale bien, no se puede hacer más. Siempre hay que tener la conciencia tranquila y yo la tengo.

--¿El agua de un jacuzzi apaga el fuego de las elecciones?

--Lo que apaga el ánimo es no resolver el paro, eso sí que genera ansiedad social.

--Ha dicho, parafraseando a Jacinto Benavente, que se ve el humo por los que están fuera antes que las llamas por los que están dentro, ¿es espesa la cortina de humo que nos envuelve o estamos atrapados en una tela de araña?

--Prefiero pensar que no es una tela de araña, porque de ahí es difícil salir, pero esto tiene solución, aunque la nube es espesa y lleva instalada un buen tiempo aquí. Hay que actuar, porque el viento no se va a llevar la situación de crisis que tenemos ahora.

--Parece una persona sin defectos. ¿Es un modelo?

--Tengo muchísimos (se ríe). Soy una persona muy normal. Me encantan el deporte, la fotografía, la lectura... probablemente porque mi padre era socio de Círculo de lectores, y traía libros y la prensa. Si no tuviera defectos, estaría en otro orden. Cuando me muera, no me van a canonizar.

--¿Cómo se relaja?

--Hago fotografías. Por haber buceado con botella, tengo algunas técnicas. Cierro los ojos y pienso que estoy buceando.

--En política es importante escuchar lo que no se dice. ¿Lo que no se dice no se dice por miedo?

--En Extremadura hay cosas que se dicen en privado pero no en público. Me consta que muchos extremeños no van a determinados actos porque temen que ser vistos allí y a mí eso me da mucha pena Voy a intentar que las cosas cambien.

--Habla mucho del valor de las palabras. Somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras. Qué difícil pensar eso antes de un mitin.

--Hablo mucho con sentimientos. En ocasiones hay que saber escuchar los silencios. En las tragedias se consuela con miradas, sin palabras. Hay que mirar mucho a los ojos cuando se habla. Por eso trato de escuchar a la gente e interpreto lo que calla, cómo aprietan la mano.

--¿Qué palabras recuerda de su infancia?

--Más que palabras tengo recuerdos de mis hermanos, de mis padres, que ya no viven. De la zapatilla volando, porque yo era muy trasto. Hay una frase de mi madre que marcó mi vida: "¿a ti te falta algo para comer? Pues si te gusta la política, toma posesión, que ya lo resolveremos". Lo poco o mucho que yo he llegado a ser se lo debo a mi madre y a ese instante.

--¿Cómo le gustaría que le recordaran sus hijos?

--Me conformo con que me quieran como hasta ahora. No tengo ningún sentido de la trascendencia. Con que se queden con que he cumplido con mi trabajo y con que sean personas normales.

--¿Qué deja para su jubilación?

--Una mochila de recuerdos y anécdotas. Más silencios que palabras. Y muchísimos proyectos personales. Me gusta hacer las cosas con pasión. Cuando trabajaba de bombero, sentía pasión por mi profesión, y también la siento por el deporte, por la fotografía, por la política. La vida tiene muchas facetas.

--¿Hay vida más allá del 22?

--Del 22, del 23, del 2023 (sonríe) Hay que hacer las cosas con ilusión, con vocación. Solo tenemos una vida.

--La vida no es un ensayo general, es un estreno absoluto.

--Sí. Cada día se aprende, pero no se recupera. Me decía en el Senado el fotógrafo que hizo las fotos del 23F, con gran humildad: a mí no me valen las fotos de ayer, sino las de hoy. La vida es un reto diario.

--¿Carpe diem?

--Sí

--No es mal lema.

--Estamos en campaña, y el candidato se levanta, dispuesto a cumplir el reto de apurar el día. Si en cada mitin, pone la misma pasión que dice poner en la vida, debe de terminar agotado la jornada. Mientras tanto, está en lo que considera que tiene que estar, o sea, en la foto de hoy, no en la de ayer, y a pesar de las encuestas, tampoco en la de mañana. Defiende que las encuestas favorables solo se confirman trabajando y en eso anda, al menos hasta comprobar si es posible convertir los silencios en palabras.