El expresident de la Generalitat José Montilla volvió a subir ayer la escalera de honor del Parlament para dirigirse a la sala de grupos. Esta vez, para dar explicaciones a petición de Cs, JxCat, ERC y la CUP sobre su fichaje para el consejo de administración de Enagás. Montilla compareció durante casi tres horas en la comisión de asuntos institucionales y justificó que su nuevo cargo en la empresa gasista es «legal y compatible» con sus tareas y beneficios como exjefe del Govern. Subrayó que ya ha registrado su renuncia a la retribución que le otorga el estatuto de los expresidentes porque pasará a cobrar de la compañía y aseguró que no usaría la oficina que alquila la Generalitat para ejercer como consejero independiente de Enagás. «Nunca he utilizado ni utilizaré medios públicos para realizar mi actividad privada. Los que dicen lo contrario, mienten», aseguró.

Todos los grupos, salvo el PSC, le exigieron que renunciara al puesto en la empresa o bien al despacho, pero justificó la compatibilidad de sus cargos y, ante los partidos que le acusan de formar parte de un caso de «puertas giratorias» justificó su «experiencia y conocimiento» del sector y alegó que la ley permite el salto a la empresa privada. «Yo no me he corrompido», proclamó, y recordó que dejó de ser ministro de Industria hace 14 años y hace casi diez que acabó su época al frente de la Generalitat.