El que fuera jefe político de ETA José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, fue detenido ayer en Sallanches, localidad alpina de Francia, en el departamento de Alta Saboya. Era el último líder histórico de la banda del hacha y la serpiente que quedaba en libertad. A Ternera le buscaban las fuerzas de Seguridad desde hacía 17 años y fue apresado por agentes del Direction Générale de la Sécurité Intérieure (DGSI) francesa en colaboración con la Guardia Civil.

El arresto se llevó a cabo a primera hora de la mañana, en virtud de una orden internacional dictada por Interpol en 2002. Según informó Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior en funciones, a su paso ayer por el Congreso, el etarra fue detenido «en la calle, en un aparcamiento, caminando». Y, dado que andaba, concluyó: «Podemos inferir que su salud es razonable».

Fuentes de la Fiscalía francesa han indicado que Josu Ternera pidió ser examinado por un médico, tras lo cual quedó ingresado bajo custodia policial en el hospital al que se dirigía cuando lo capturaron, y en el que recibía tratamiento por el cáncer que padece.

CON CAPUCHA / A primera hora de la tarde fue trasladado a la prisión de Bonneville, localidad situada entre Ginebra y Sallanches. En imágenes de la televisión pública gala se apreciaba al dirigente de ETA esposado y con una capucha que tapaba su rostro cuando salía de dependencias policiales.

Las fuerzas de seguridad francesas también interrogaron a un hombre que le acompañaba, que quedó poco después en libertad.

El terrorista tiene pendiente cumplir ocho años de la condena que recibió en 2017 en Francia por ser jefe político de la banda. Mientras, la Fiscalía de la Audiencia Nacional retoma cuatro causas pendientes aquí. De hecho, Marlaska apuntó a la posibilidad de una entrega temporal para que sea juzgado en España pese al cumplimiento pendiente en el país vecino.

Urrutikoetxea, de 69 años, vivía solo en un chalé Saint Gervais les Bains. Es un área entre tres fronteras (Francia, Suiza e Italia) con el que las fuerzas de seguridad españolas siempre especularon como el elegido por Ternera para esconderse, con facilidad para camuflar viajes. No obstante, según fuentes policiales consultadas, Ternera ya no se movía con frecuencia. De hecho, había convertido su aislamiento e inmovilidad en claves de su escondite.

Protagonista del comunicado en el que ETA anunció su disolución, era el último histórico de la banda huído de la justicia. La mayoría de otros veteranos están refugiados en Cuba, México o Venezuela.

ATENTADO DE ZARAGOZA / La Audiencia Nacional solicitará su entrega por cuatro causas pendientes con órdenes internacionales y europeas vigentes. Entre esas cuatro causas figuran haber dado la orden para el atentado en 1987 contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, en el que murieron once personas, seis de ellas niños. Ese dramático detalle ha inspirado el nombre de la operación policial de su captura: Infancia Robada.

Una vez reactivadas las órdenes de detención y entrega internacional, se le reclamará también por el asesinato del directivo de Michelin Luis María Hergueta Guinea, cometido en el año 1980.

Igualmente, Josu Ternera deberá responder por la financiación de ETA a través de las herriko tabernas, el sumario 35/02.

Además tiene pendiente una causa por crímenes de lesa humanidad por los ataques que la cúpula etarra ordenó cometer a partir de 2004, fecha en la que entró en vigor en España esta figura penal.