Es uno de los jóvenes valores del PP. Se llama Antonio Basagoiti y, según reconoce él mismo, su máxima aspiración en política es llegar a ser alcalde de su ciudad, Bilbao. Sin más. Dice --al menos por ahora-- que en Madrid se agobiaría y que no está hecho para cargos rimbombantes. No obstante, cuando María San Gil decidió dar un portazo al nuevo PP de Mariano Rajoy, él aceptó hacerse cargo de la organización en Euskadi. Y, contra los pronósticos, mantuvo el tipo en las últimas elecciones y se convirtió en protagonista accidental del cambio en el País Vasco, ya que su apoyo a Patxi López ha sido fundamental para desalojar al PNV del poder.

De esa situación se ha aprovechado Mariano Rajoy, que ha ganado enteros ante la opinión pública. A cambio de ese regalo que no esperaba, el presidente de los conservadores tiene que aguantar que Basagoiti, su hombre y apoyo en tierras vascas, le diga a la cara y sin tapujos lo que piensa: la última vez, a raíz del concierto vasco.

Así, Basagoiti ha dado su respaldo a una iniciativa del PNV para blindar el concierto, y esperaba que su partido hiciera lo propio en Madrid. Pero se ha encontrado con la negativa de la dirección y él ha invitado a sus compañeros a que se presenten ellos en Euskadi.