La mayoría conservadora del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) colocó ayer a nueve de sus candidatos en puestos clave de la carrera judicial. La minoría progresista sólo logró el nombramiento de dos de sus aspirantes, ya que perdió la elección del presidente de la sala contenciosa-administrativa del Tribunal Supremo, en la sala penal de la Audiencia Nacional y en el Tribunal de Justicia de Cataluña.

El pleno de ayer del CGPJ comenzó con bronca. Los vocales sólo habían alcanzado un acuerdo: las dos vacantes de la sala de lo contencioso del Supremo serían cubiertas por un juez afín a cada sector. Sin embargo, tras la elección del conservador Octavio Herrero, la mayoría se negó a dar sus votos a la progresista Margarita Robles. La minoría se plantó y al final, los conservadores apoyaron a Robles.

VARIAS VOTACIONES La elección del presidente de la sala penal de la Audiencia provocó cuatro votaciones. Al cargo aspiraban Baltasar Garzón, Javier Gómez Bermúdez, Alfonso Guevara y José Ricardo de Prada. En la cuarta votación, el presidente del CGPJ, Francisco Hernando, inclinó la balanza a favor de Gómez que tuvo 11 votos, frente a 8 de Garzón y uno en blanco.

Los vocales progresistas defendieron a Garzón. "Su currículo es apabullante, lleva 16 años en esa casa, y es más antiguo en la carrera que el elegido", dijeron. Sin embargo, la mayoría argumentó que no le apoyaban porque al ser un juez de instrucción no había dictado sentencias.

Para la plaza de presidente de lo contencioso-administrativo del Supremo competían Fernando Ledesma y Ramón Trillo que se hizo con el cargo por 12 votos frente a 8. La minoría recordó que Ledesma fue ministro de Justicia del Gobierno de Felipe González, vocal del CGPJ y presidente del Consejo de Estado.

Sin embargo, ese currículo, según la mayoría es un "estigma", ya que ven un "demérito" haber "sido ministro de Justicia en un Gobierno socialista". La vocal Montserrat Comas denunció que Garzón y Ledesma fueron objeto de "discriminación ideológica". Tras 10 años en manos progresistas, el Tribunal Superior de Cataluña pasó ayer a manos de la magistrada conservadora María Eugenia Alegret.