No hubo acusación. El juez Fernando Grande-Marlaska dejó ayer en libertad a los nueve jóvenes independentistas que quemaron fotos del Rey el pasado 22 de septiembre en Girona y Molins de Rei en solidaridad con Jaume Roura y Enric Stern, acusados de injurias graves a la Corona. El fiscal no pidió ayer ninguna medida y ahora dispone de 10 días para decidir si pide que los imputados sean juzgados o que se archive el proceso.

El juez mantuvo la imputación contra los jóvenes tras tomarles declaración. Su abogado, Bernat Salellas, explicó que siete admitieron que quemaron fotos del Rey, dos negaron las acusaciones y uno reconoció que había leído el manifiesto final de la concentración celebrada en Girona, pero negó que hubiera sido inductor de los hechos.

CARA A CARA Al igual que ocurrió los pasados días 21 y 28, los imputados estuvieron acompañados por una treintena de independentistas que les esperaron en la plaza de Colón, en las proximidades de la Audiencia Nacional. Ayer fueron replicados por un grupo de unas sesenta personas, en su mayoría de Falange Española, que en la acera de enfrente les increparon mientras vitoreaban a España.

La declaración de los imputados duró dos horas. El fiscal no pidió medidas cautelares por entender que estos actos no son tan graves como los protagonizados por Roura y Stern. La fiscalía esperará al lunes, día en que Grande-Marlaska ha citado a un décimo imputado por estos hechos, para decidir si continúa el proceso. Los fiscales son partidarios de poner un límite judicial a este tipo de actos para evitar un macroproceso en el que acabe imputado un número importante de independentistas. Fuentes judiciales reconocieron que este problema traspasa los cauces legales y expresaron su deseo de que las fuerzas políticas pongan fin a estos hechos. Pero la realidad va en otra dirección. Ayer mismo, hubo actos antimonárquicos en Barcelona y Girona, y se han anunciado protestas en Baleares y Valencia.