El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska acordó ayer poner en libertad a cuatro miembros fundadores del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK en sus siglas en euskera) a pesar de que considera que "al menos han asentido" al mandato del entorno de la banda terrorista ETA para que sirvieran de "pantalla electoral" a la ilegalizada Batasuna.

El juez impuso al presidente del partido, Juan Carlos Ramos Sánchez, y su secretario, Aritz Blázquez, la obligación de comparecer el día 1 de cada mes ante la autoridad judicial como imputados en un delito de colaboración con ETA.

FIANZAS RECHAZADAS Al contrario de lo que hizo el miércoles con los tres responsables de comunicación de EHAK, a los que impuso fianzas de 100.000 euros, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 rechazó imponer las fianzas de 50.000 euros pedidas por el abogado de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, que instó el proceso y que actúa como acusación particular.

El magistrado de la Audiencia afirma en el auto que la táctica del entorno de ETA en relación a EHAK precisó del "asentimiento" de los miembros de su comité central, ya que de otro modo no se entendería la razón de la entrevista que, según los indicios aportados a la causa, mantuvo Juan Carlos Ramos con miembros destacados de la ilegalizada Batasuna un día antes de conocerse la decisión del Tribunal Constitucional que impidió la presentación de la plataforma Aukera Guztiak a los últimos comicios vascos.

El parlamentario de EHAK Julián Martínez acusó a la Audiencia Nacional de emplear "técnicas de acoso contra miembros de un partido legal".