La historia se repite. El juez Baltasar Garzón imputó ayer a 13 jefes del partido Askatasuna y de la agrupación electoral Democracia 3 Millones (D3M) por integración en ETA. Este es el paso previo para que el magistrado suspenda las actividades de ambas formaciones. El proceso coincidirá con el que se llevará a cabo en el Tribunal Supremo, que resolverá las demandas de impugnación que ultiman el Gobierno y el fiscal.

El magistrado imputa a los representantes legales de estas fuerzas políticas. Garzón sostiene que ETA, a través de Batasuna, ha activado a D3M y Askatasuna para mantener su presencia en las instituciones democráticas. Para el juez, D3M es "una asociación transitoria con fines políticos electorales". Los imputados declararán el viernes.

El Gobierno y el fiscal, por su parte, ultiman las demandas de impugnación contra estos grupos. Fuentes jurídicas señalan que la demanda contra D3M no presenta mayores problemas, ya que las personas que conforman sus listas electorales son veteranos de la izquierda aberzale. Sin embargo, la situación se complica en el caso de Askatasuna, que, en principio, es un partido legal.

Pese de ello, Gobierno y fiscalía renuncian a reclamar la ilegalización al ser la impugnación una vía más rápida. En las demandas se acusará a estas fuerzas de ponerse al servicio de la banda ETA para convertirse en su instrumento político en las instituciones. También se sostendrá que Batasuna dirige esta estrategia porque ha asumido que no volverá a la legalidad. Por ello, ha aceptado desempeñar en el entramado etarra el papel que tenía Ekin.

En el terreno antiterrorista, agentes de la Ertzaintza descubrieron anoche un zulo con armas de ETA en la localidad guipuzcoana de Ordizia, según informaron a la agencia Efe fuentes de la Policía Nacional. En el zulo encontraron armas cortas, largas, granadas y munición. La policía vasca retrasó la inspección del lugar ante la posibilidad de que los terroristas hubieran colocado una bomba trampa.