Una cuestión de formas. El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska no pacta la entrega de detenidos cuando ha dictado orden de busca y captura contra ellos. En la mañana de ayer, 15 jóvenes que iban a entregarse en su juzgado fueron detenidos en las inmediaciones de la Audiencia Nacional. Habían logrado escapar de la operación policial que buscaba desarticular la cúpula de la kale borroka en San Sebastián el pasado 7 de noviembre y que se saldó finalmente con la detención de cuatro personas.

El letrado Iñigo Iruin comunicó hace unos días al juez que los jóvenes estaban a disposición del juzgado. El magistrado le exigió entonces que se presentaran. El lunes, el abogado informó al juez de que al día siguiente los huidos iban a acudir a la sede judicial. Grande-Marlaska le recordó que seguían vigentes las órdenes de busca y captura.

EN UNA CAFETERIA En la mañana de ayer, Iruin y otro colega, José María Elosua, estaban en una cafetería próxima a la Audiencia Nacional con cuatro de los jóvenes. "Llevábamos un rato para hacer tiempo y entraron una veintena de policías y les detuvieron", explicó Elosua. La policía arrestó al resto de los huidos en las cercanías de la sede judicial. El juez tiene previsto interrogarles hoy.

Según el Ministerio del Interior, los detenidos son responsables de "atentados mediante la confección y lanzamiento de artefactos explosivos e incendiarios" contra las fuerzas de seguridad, edificios oficiales, sedes de partidos políticos, bancos, estaciones y unidades de ferrocarril, transportes públicos y mobiliario urbano.

A los detenidos, que integraban la estructura de Segi en San Sebastián, se les imputan, además, la captación de nuevos jóvenes para el colectivo radical aberzale y la iniciación de los mismos en las técnicas utilizadas habitualmente por el terrorismo callejero.