Julio Anguita está retirado de la política activa y asegura que no volverá a la primera línea, pero no ha podido negarle a Pablo Iglesias el favor que le pidió: que cierre, a modo simbólico, la lista de Unidos Podemos en Córdoba para el 26-J. El excoordinador general de IU ha acabado aceptando la propuesta del líder morado, según ha confirmado este viernes la secretaria de análisis Carolina Bescansa, y da un paso más a lo que ya había comprometido para apoyar esta candidatura. Hasta ahora, Anguita e Iglesias habían pactado que el histórico dirigente participaría en algunos mítines, pero la colaboración no iba más allá.

La propuesta de Iglesias no es baladí. Según confirmó Anguita a este diario, el viernes de la semana pasada el líder morado le llamó para pedirle que participase en un acto de Podemos en Córdoba. Aunque al principio lo desestimó, finalmente acabó por ceder, avisó Iglesias y asistió al mitin, en el que fue presentado como si su llegada allí fuese una auténtica sorpresa. Iglesias terminó llorando en el escenario y los simpatizantes, aplaudieron entregados. Tras este episodio, llegó la oferta y, este viernes, la aprobación del dirigente izquierdista.

Julio Anguita se convierte así en un emblema para la campaña de Unidos Podemos que podría ayudar al partido morado a compensar algunos de los déficits con los que afronta el reto electoral del 26-J. Por una parte, la caída en la valoración de Iglesias, que retrocede hasta el puesto número once en el ranking de liderazgo -solo dos puestos por encima de Mariano Rajoy-,según el CIS. Además, constituye un baluarte para acercarse a un nicho de electores al que Podemos no ha conseguido seducir, el de las personas mayores que simpatizan con el cambio pero que no eligieron la papeleta morada al pasado 20-D. Y, todavía, un tercer factor destacado. El partido antiausteridad tiene enormes dificultades para penetrar en Andalucía y sociedades más rurales, de modo que el fichaje de Anguita podría resultar un revulsivo en esos espacios sociales a los que Podemos no logra entrar.

El fichaje de Anguita es visto con cierto escepticismo desde los sectores del partido que temen que una reivindicación de la identidad de izquierdas entorpezca la construcción de una mayoría social, a la cual, sostienen, no se puede llegar desde las viejas marcas electorales, sino desde la transversalidad.