El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ha hecho este viernes un alegato por la paz, la concordia y el imperio de la ley, sin mencionar directamente la crisis catalán en su discurso de los Premios Princesa de Asturias. "Es la segunda vez que visito Oviedo, pero esta vez es diferente: he visto más banderas españolas por todas las calles, y es una visión hermosa", dijo, como vaga referencia a la crisis de estado que sufre España por el problema catalán.

"La UE nos ha permitido dejar atrás las largas noches de oscuridad y es necesario recordar que esa paz continental es una conquista de todos los días", argumentó Juncker, que recogió el galardón de la Concordia junto a l presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, y al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk; ante el presidente Mariano Rajoy y algunos de sus ministros.

Tajani, por su parte, ha pedido que se respete "el Estado de derecho frente a los que siembran la discordia. A nadie se le ocurre en la UE no cumplir la ley. Los tratados se pueden cambiar, pero mientras el derecho no se cambie su respeto no es una opción, es una obligación".

Muy aplaudido y sin citar el conflicto catalán, pero sin duda en referencia a la crisis territorial, Tajani ha subrayado que cuando los "tribunales dictan una sentencia, se aplica y punto". "A nadie se le ocurre saltarse las normas aprobadas entre todos [...] Su respeto no es una opción, es una obligación", ha señalado, poco antes de la intervención del Rey. "No está de más recordarlo en tiempos en los que los nacionalismos egoistas salen a flote", ha zanjado, antes de no pedir que no se levanten fronteras entre los europeos.

"La norma del derecho es lo que nos construye, lo que nos permite convivir juntos", señaló de nuevo Tusk, antes de resaltar que "el lugar de España es Europa. Sin España, Europa sería mucho más pobre".