El Parlamento catalán votará hoy una propuesta de resolución que los grupos independentistas revisten de respuesta institucional a la sentencia del procés. Un texto que vuelve a desafiar al Tribunal Constitucional (TC) y que ha hecho aflorar el choque entre JxCat, ERC y la CUP.

Tras tortuosas negociaciones para perfilar el documento, el 22 de octubre registraron unas líneas de consenso en las que rechazan el fallo del Tribunal Supremo contra la cúpula del 1-O, exigen la libertad de los condenados a prisión, además del regreso de los dirigentes en el extranjero, y cargan contra la «deriva autoritaria del Estado».

Pero sus pretensiones se encontraron con una suspensión parcial por parte del TC el 5 de noviembre. Los magistrados impugnaron, a instancias del Gobierno, parte del punto 11, que expone que la Cámara catalana «reitera y reiterará tantas veces como quieran los diputados, la reprobación de la Monarquía, la defensa del derecho a la autodeterminación y la reivindicación de la soberanía del pueblo de Cataluña para decidir su futuro político». Los servicios jurídicos del Parlament ordenaron paralizar este inciso y dejaron constancia de la suspensión en el Boletín Oficial del Parlament.

Los primeros en presentar su pirueta fueron los anticapitalistas, que añadieron como enmienda un nuevo punto que advierte y rechaza la suspensión dictada, recitando la parte impugnada. Ante esta maniobra, JxCat registró sus propias alegaciones, que también reproducen el contenido suspendido, junto a otras tres que desdeñan «las reiteradas injerencias del TC», constatan que el tribunal es «un instrumento para dar apariencia de derecho formal a la voluntad de los gobiernos del Estado de silenciar las demandas democráticas» y condenan «las diligencias ilegales ordenadas por la fiscalía».