La portavoz de JxCat en el Congreso, Laura Borràs, a quien el Tribunal Supremo (TS) investiga por corrupción, ha decidido aplicar la máxima de que la mejor defensa es un buen ataque. Lejos de explicar cómo gestionó los contratos informáticos bajo sospecha cuando dirigió la Institución de las Letras Catalanas (ILC), Borràs afirmó ayer que pesa sobre ella un «juicio mediático» en el que las «cloacas del Estado» filtran información.

La diputada, investigada por los presuntos delitos de prevaricación, fraude a la Administración, malversación de caudales públicos y falsedad documental, proclamó su inocencia y añadió que la justicia no podrá demostrar que haya estafado ni un euro al erario público.

El Supremo investiga la fragmentación de contratos en el ILC presuntamente para beneficiar a un amigo de Borràs, el informático Isaías Herrero.