El presidente del PSE-EE, Jesús Eguiguren, considerado el principal negociador con Batasuna y ETA en el frustrado proceso para el final del terrorismo, opina que la organización terrorista lo "abandonó" porque "creyó que era una rendición a bajo coste".

El dirigente socialista, en una entrevista que hoy publica El País, considera que ETA sintió "vértigo de abandonar las armas al poco de decretar la tregua" y afirma que el Gobierno "llegó al borde del precipicio en el proceso" con la organización terrorista "a riesgo de su propio desgaste". "El Gobierno -explica- quiso convencerse de haber hecho todo lo que se podía para acabar con el terrorismo. Por eso siguió hasta despejar todas las incertidumbres. E incluso después del final".

Según asegura, "Tony Blair y Gerry Adams, después del atentado de la T-4, pidieron al Gobierno que escuchara a ETA. Y el Gobierno lo hizo". Eguiguren, que afirma que "el proceso se había hecho para no tener que llevar más féretros", asegura que "es falso que hubiera negociación política" con los terroristas. Según indica, "no llegó a haber, como tal, una reunión de contenido entre Gobierno y ETA tras la tregua". La organización terrorista "cambió la decisión que había tomado de dejar las armas antes de que se produjera la primera reunión del proceso", explica.

Agrega que en conversaciones previas "se habló de un temario, pero Gobierno y ETA, tras la tregua, no dedicaron ninguna reunión a abordarlo", por lo que "puede decirse que el proceso no empezó". Eguiguren aclara, respecto al temario citado, que "se trataba de hablar de presos, del desarme, siguiendo el modelo irlandés. Y establecer las bases de la reconciliación para el futuro. Nada de eso se llegó a abordar", afirma.

El presidente del PSE-EE también se refiere a las reuniones con Batasuna y considera que sirvieron "para que los 'abertzales' comprobaran la voluntad de un fin dialogado de la violencia y que quien no daba el paso era ETA". El dirigente socialista admite que "algunos piensan que fuimos ingenuos", pero "yo creo que intentamos un logro histórico", agrega.

Opina, asimismo, que el Gobierno, los partidos y la sociedad "han escarmentado" y un proceso como el intentado "está superado". A su juicio, "hay una premisa y es que el adiós a las armas de ETA debe ser definitivo y demostrado con los hechos. Pero, además, se han quemado una serie de instrumentos, las dos mesas, etc". El dirigente socialista se muestra también convencido de que esta legislatura "veremos el final" de ETA. "Estamos en la fase final", afirma.