El Gobierno vasco abrió ayer la caja de los truenos, al aprobar en sesión extraordinaria el texto articulado de un proyecto de Estatuto de libre asociación con España, que cuenta con la oposición frontal del Gobierno del Partido Popular y de los socialistas. El lendakari quiso contrarrestar la advertencia del Gobierno de José María Aznar de que combatirá su proyecto con todas las iniciativas políticas y jurídicas a su alcance, con una apelación al "sentido democrático de los pueblos de España" para que "respeten" la voluntad de la sociedad vasca.

El texto entró ayer mismo en el registro del Parlamento autónomo, para una tramitación que se presume que durará hasta las elecciones vascas del 2005. Juan José Ibarretxe precisó que se trata de un Estatuto para una generación; es decir, no supone el final del camino, pero tampoco, dijo, plantea "rupturas". El proyecto recoge que aceptar la libre asociación no supone renunciar a los "derechos históricos". Ayer se celebraba el 24 aniversario del referendo del Estatuto de Gernika.

El proyecto de ley resume, en 69 artículos y dos disposiciones finales, los términos del nuevo pacto entre Euskadi y España con el derecho de autodeterminación como referencia.

REGIMEN SINGULAR

La propuesta no difiere de lo anunciado por el lendakari el pasado septiembre en el Parlamento. El proyecto defiende para Euskadi un "régimen singular" de relación política con España basado en la libre asociación y "compatible" con las posibilidades que brinda un "Estado compuesto, plurinacional y asimétrico".

El "derecho de libre decisión" de los vascos es el eje básico del texto, en el que, entre otras cosas, se reconoce la nacionalidad vasca, la capacidad de las autoridades de Euskadi para convocar referendos, y la voz propia de los vascos en Europa.

El proyecto, que en varios momentos reconoce la autoridad del Rey, amplía de forma notable las actuales competencias del País Vasco y fija las pautas de un Poder Judicial autónomo y con el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco como última instancia procesal. Además, establece que el Estado no podrá aplicar en Euskadi el artículo 155 de la Constitución, el que permite suspender la autonomía vasca. Las competencias que reserva al Estado con carácter exclusivo son las relacionadas con moneda, Defensa, control de armas y explosivos, marina mercante y relaciones internacionales, aunque no todas.

NAVARRA

La propuesta abre la vía a que Euskadi y Navarra establezcan "vínculos políticos" sin mas limitación que la propia voluntad de los ciudadanos. Contempla que ambas puedan unirse y dice que ello exigirá una negociación y consulta en las dos comunidades.

También promueve acuerdos con los territorios vascos del sur de Francia mediante mecanismos de "cooperación transfronteriza".

TEXTO ABIERTO

Ibarretxe defendió la legitimidad de la propuesta. "Hemos conformado una base de partida para el diálogo", dijo para remarcar el hecho de que el texto está abierto a "modificaciones y aportaciones". Apeló a "todos y cada uno" de los ciudadanos para que se informen sobre el proyecto y participen en su debate.

"La decisión final estará en manos de la sociedad vasca", sentenció sin poner esta vez calendario a la consulta, a pesar de que el pasado septiembre avanzó que sería en la primavera del 2005. Sí precisó que serán cada uno de los territorios, Alava, Guipúzcoa y Vizcaya, los que "tendrán en sus manos" la ratificación definitiva del acuerdo. El lendakari reiteró que la consulta se hará "sin violencia y sin exclusiones".