El momento dulce que Nicolas Sarkozy vive con José Luis Rodríguez Zapatero le llevó ayer a admitir públicamente que se equivocó cuando cargó contra la regularización de inmigrantes que el líder socialista ordenó al llegar a la Moncloa. El presidente francés fue entonces uno de los dirigentes europeos más críticos con el proceso de legalización del que se beneficiaron 600.000 personas.

Sarkozy dijo que aquellas críticas se debieron a "incomprensiones" que se despejaron después de hacer algo "extraño en estos tiempos": "Nos sentamos en torno a una mesa y nos escuchamos". "He entendido la situación que Zapatero vivió, con 700.000 inmigrantes irregulares y las necesidades que había en el mercado de trabajo", declaró el líder francés en la rueda de prensa que los dos presidentes dieron tras las reuniones de la cumbre bilateral de ayer en París.

Zapatero y Sarkozy se enfrentaron a cuenta de la legalización de los inmigrantes en septiembre del 2006, cuando el hoy presidente de Francia era el ministro del Interior. Sarkozy instó a que los países europeos no volvieran a decretar regularizaciones "masivas", una crítica que el presidente español despreció al decir que no aceptaba "lecciones" del ministro francés tras los graves disturbios registrados en los alrededores de París con los inmigrantes ilegales.

Han pasado 16 meses y la relación entre los dos dirigentes ha dado un giro de 180 grados. Durante ese tiempo, Sarkozy ha llegado al Elíseo, desde donde ha impulsado una ley con ciertos puntos en común con la que permitió la legalización de 600.000 personas en España. Y ahora, aprovechando el interés de los dos países en conseguir que la emigración deje de ser un "drama humanitario", ambos presidentes se han postulado para encabezar la política migratoria de la UE, un liderato que quieren compartir con el primer ministro de Italia, Romano Prodi.

EXPEDIENTES INDIVIDUALES En este sentido, Zapatero y Sarkozy acordaron impulsar las repatriaciones conjuntas de irregulares en el marco europeo, una práctica que ya se ha llevado a cabo en seis ocasiones. El presidente español dijo que ambos ejecutivos mejorarán su coordinación "técnica", esto es, en "logística de los vuelos, las eventuales escalas y seguridad". Zapatero puntualizó que cada repatriación exigirá un expediente "individual", aunque los vuelos sean "conjuntos". "Los inmigrantes que tienen documentos son bienvenidos, pero ¿por qué hay que tratar igual a los legales y a los que no lo son?", se preguntó Sarkozy, que defendió esta medida para no ser "cómplice" de las mafias. Además, los dos gobiernos impulsarán la agencia Frontex para reforzar la vigilancia en las fronteras exteriores de la Unión Europea: en las costas marítimas del Magreb y Africa del Oeste.

Sarkozy anunció que su ministro de Exteriores, Bernard Kouchner, y su homólogo español, Miguel Angel Moratinos, viajarán juntos a los países del norte de Africa para dar forma a la Unión por el Mediterráneo del Gobierno francés.