En un gesto no por anunciado menos cargado de significado, Mariano Rajoy viajó ayer a Valencia, acompañado por su esposa, para exhibir su idilio político con el presidente de la Generalitat y del PP valenciano, Francisco Camps. Agasajado por las autoridades locales, el líder del PP agradeció el "extraordinario" resultado del partido en esa comunidad. Un claro desaire a Esperanza Aguirre, pues en Madrid el PP logró más votos y solo un escaño menos.

Para Rajoy, la participación en la mascletà que abre las Fallas fue un verdadero baño de masas, reparador bálsamo tras su digna pero inapelable derrota del 9-M y las presiones recibidas después para que cediera el testigo como líder del partido. Junto a Camps, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, Rajoy fue aplaudido por el público, piropeado e incluso animado a botar en el balcón de la casa consistorial, cosa que hizo con menos remilgos que la noche electoral.

La visita fue ante todo una muestra de reconocimiento a Camps, que el mismo 9-M le brindó su apoyo para que siguiera al frente del PP. Otros, como la propia Aguirre, guardaron silencio hasta que el interesado anunció que seguía, como ayer se encargó de resaltar el gallego Alberto Núñez Feijóo, afín al líder del PP. Por eso Rajoy, agradecido al PP valenciano, asumió ayer todas la reivindicaciones --AVE, policías, financiación, trasvase-- de Camps.

"ME HAS AYUDADO MUCHO" A la vista de los acontecimientos, cobran interés las palabras que Rajoy dirigió a Camps el 6 de marzo en la plaza de toros de Valencia, en el más multitudinario mitin que celebró en toda la campaña: "Paco, me has ayudado mucho. Sabes que no lo he pasado bien, pero ahora he cogido fuerza". El guiño sugiere una secreta alianza llamada a perdurar, al menos, hasta que se acerquen las próximas generales.