Después de una legislatura convulsa y con unas relaciones crispadas entre los dos grandes partidos, el candidato del PP a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, se presentó ayer como el apaciguador de la "tensión" y el "dramatismo" que, a su juicio, está generando el PSOE. El líder popular se valió otra vez de las manifestaciones fuera de micrófono realizadas por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero el pasado lunes tras una entrevista en Cuatro para atacar con dureza a su rival en las urnas. El antibiótico fue claro: frente a la tensión, concordia; y frente al dramatismo, reformas.

"Un presidente del Gobierno no debe meter miedo ni amenazar con que viene el coco", afirmó Rajoy, quien se comprometió a ofrecer "tranquilidad, moderación y serenidad" si gana las elecciones. Y es que la confesión fuera de antena de Zapatero es, para el líder del PP, una muestra de que el socialista "se ha quitado la careta y ha dejado a la vista de todos el careto", lo que puede provocar que muchos votantes del PSOE "le tengan miedo" y confíen más en el PP.

PREPARAR LOS PARAGUAS En un mitin preelectoral en Oviedo, Rajoy animó a los asistentes a "preparar los paraguas ante la campaña que se avecina" y justificó su metáfora en una punzante definición del presidente: "Zapatero ha creado problemas, se ha ido con los radicales, le echa la culpa de todo al PP, pone cara de bueno y luego se presenta como una víctima".

Paradójicamente, el candidato popular tiró de victimismo para expresar sus sensaciones ante la cita con las urnas. Primero calificó de "dura y difícil su labor de oposición" al haber tenido en contra a muchos partidos, no solo al PSOE. "Nos han arreado mucho por defender ideas y principios que nunca se habían puesto en tela de juicio en España", aseveró. No obstante, alentó a los suyos a ser optimistas y a creer en la victoria el 9-M, al tiempo que hizo un llamamiento a los electores para que den apoyo a aquellos partidos que quieran resolver con "ganas, coraje y determinación" los problemas "reales" de la población. Por ello, el líder del PP dejó claro que durante la campaña no hablará "ni de la memoria histórica, ni de Franco ni de la República" porque son temas que no le interesan. No faltaron referencias a la inmigración. Tras denunciar la "política de avestruz" del Gobierno, Rajoy apostilló: "Quiero para todos los seres humanos los mismos derechos e iguales oportunidades, pero también los mismos deberes y obligaciones".