Mientras arrecia el pulso entre el Gobierno y los obispos por reformas sociales como las bodas gais o el divorcio exprés, Mariano Rajoy persevera en su intento de no alinearse con las posturas más ultraconservadoras de la jerarquía eclesiástica. Ayer, en Los desayunos de TVE, el presidente del PP evitó comprometerse a derogar la ley que autorizó los matrimonios homosexuales si llega al Gobierno. A la pregunta de la entrevistadora respondió con evasivas: "Será la prudencia y la oportunidad del momento la que aconseje o no suprimir esa ley".

Rajoy corrigió así al fundador del PP, Manuel Fraga, que el martes apostó por "reconsiderar" algunas de las leyes de ampliación de derechos aprobadas en esta legislatura. Para el líder del PP, que el nuevo Gobierno "revise todo lo que ha hecho el anterior" acarrea "pésimas consecuencias". Su número dos, Angel Acebes, aclaró que, de llegar al poder, Rajoy esperará a que el Constitucional resuelva el recurso del PP contra las bodas gais.

"MAS CARIÑO" DE TVE En respuesta a las acusaciones del PSOE, Rajoy negó que haga "catastrofismo" al denunciar que España padece un "importante problema económico": "Cuento lo que todo el mundo sabe". Si el martes, en la COPE, defendió que sus debates con Rodríguez Zapatero sean en Antena 3 TV y Tele 5, ayer, en TVE, dijo que no vetará a la cadena pública, a la que pidió "más cariño".