Un par de semanas después de ser investido presidente, Pedro Sánchez se desplazó a Tarragona para asistir a la inauguración de los Juegos del Mediterráneo. Nueve meses después regresó a la ciudad catalana convencido de que se está gestando un triunfo electoral que difícilmente podía imaginarse en junio. En la clausura de la convención municipal del PSC hizo una defensa cerrada del partido y de su líder, Miquel Iceta, como diques de contención contra la independencia.

«Cuando escucho el reproche de la derecha a Miquel Iceta pienso que tendrían que saber qué hizo -apuntó Sánchez, recordando su papel en los hechos de octubre del 2017-. Gracias Miquel por tu compromiso con Cataluña y con España». Iceta, tras enredarse con el tema de la independencia en una entrevista al diario Berria, levantó la voz para volver a dejar cerrada la puerta a cualquier referéndum. «Que nadie se engañe, no habrá independencia, no habrá referéndum, no habrá autodeterminación, pero tampoco habrá condena a este país a no tener instituciones de autogobierno porque frenaremos el paso a la derecha», sentenció, en referencia al 155 permanente que pide el tridente de la derecha.

El presidente español estuvo flanqueado por Iceta, Jaume Collboni, Meritxell Batet y Josep Félix Ballesteros y la plana mayor de un PSC que aspira, por primera vez desde el 2008, a volver a ganar unas elecciones generales en Cataluña. «Tan válido es decirle al independentismo que quieren una Cataluña para ellos solos y nosotros defendemos una Cataluña para todos y todas como decirle a la derecha que quieren una España para ellos solos y nosotros defendemos una España para todas y para todos», exclamó en la dicotomía entre «sociedades inclusivas o que excluyen al que piensa distinto».

El secretario general del PSOE sacó varias veces del cajón discursivo la pinza entre la derecha y el independentismo. «Que dejen de engañar. La independencia no se va a producir no solo porque no sea constitucional o la comunidad internacional no lo reconozca sino porque los propios catalanes no la quieren. Que sean valientes y digan a los catalanes ‘os hemos engañado’ (...). Separatistas y separadores no quieren dialogar. Viven del conflicto», dijo en su intervención más aplaudida.

A la misma hora en la que Sánchez defendía a Iceta, el PP y Ciudadanos usaban al líder del PSC para cargar contra Sánchez. Pablo Casado sentenció que no permitirá que «manden los independentistas de Torra para negociar referéndum con Iceta y romper la igualdad de los españoles»

Albert Rivera e Inés Arrimadas volvieron reclamar a Sánchez la cabeza de Iceta. «Me sumo a pedir la dimisión y el cese del señor Iceta», aseveró Rivera, pese a que, al ser partidos distintos, el líder del PSOE no puede cesar al del PSC.