No todo fueron ataques a sus adversarios políticos. El presidente ha acusado el golpe del último sondeo del CIS, en el que los ciudadanos suspenden su gestión por vez primera desde que gobierna. A raíz del estudio, afirmó: "Está en mi forma de trabajar ser sensible a cualquier expresión de crítica, exigencia o inquietud de los ciudadanos", asumió. A su juicio, es su política territorial --especialmente su apoyo personal al Estatuto de Cataluña-- lo que más ha propiciado el desgaste.

"Estos resultados son razonables", asumió. Pero avanzó asimismo que la valoración que recibe en los sondeos no le hará variar su actitud. "Estoy empeñado en la mejora de la cohesión territorial de España", afirmó. Y pidió tiempo para que sus reformas territoriales fructifiquen y los ciudadanos puedan comprobar que "los cambios concluyen con mayor cohesión territorial y mejor funcionamiento del Estado". "Ahora es tiempo de trabajo, no de disputa electoral", remató.