Josep Piqué se conformaba al comenzar el congreso del PPC con salir reelegido con el apoyo de algo más del 70% de los votos. Pero el voto de castigo anunciado por el sector crítico fue moderado y logró el 81% de los votos válidos, un apoyo inferior al del 2002 cuando fue elegido presidente del PPC con el 93% de los votos. El exministro se esforzó en que así fuera con su discurso de presentación de candidatura, en el que hizo un conciliador ejercicio de autocrítica y una insistente apelación a la unidad del partido.