EL COORDINADOR general de IU avisó ayer a sus detractores dentro de su formación de que no es una "pieza de caza" y de que está dispuesto a "plantar cara democráticamente" en la asamblea de diciembre, en la que deberán "repartirse las responsabilidades" de la crisis. Así lo afirmó en su discurso ante los 200 delegados del consejo político federal, entre ellos el secretario general del PCE, Francisco Frutos, su más encarnizado opositor dentro de IU. El consejo aprobó con el 71% de los votos el documento base de la asamblea extraordinaria de diciembre.