El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, afirmó ayer que el presunto soborno de los diputados Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez por parte de dos constructores es "la conspiración contra la democracia más importante después de Tejero, pero no hecha con armas, sino con cheques y talonarios".

Llamazares emplazó al PP a aclarar si los empresarios Francisco Vázquez y Francisco Bravo son militantes de este partido y si "hablaron, negociaron o acordaron algo" con los populares "en el pasado y en el presente".

"EMPRESARIOS GOLPISTAS"

Según el líder de IU, todos los datos apuntan a la existencia de un "entramado en el que no sólo hay una mafia económica, sino también una conexión política" en la que hay "empresarios radicales y golpistas" y "amistades peligrosas del PP para subvertir" el resultado electoral en Madrid.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, opinó que "lo correcto" sería que los dos parlamentarios traidores devolviesen sus actas, pero señaló que el PSOE "debe tener bien presente" que la situación creada "es problema suyo".