Al grito de "no al bipartidismo" y dispuesto a formar gobierno con el PSOE si alcanza un pacto sólido "en términos de izquierdas", Gaspar Llamazares ha recorrido unos 3.000 kilómetros en la primera mitad de la campaña electoral pidiendo para IU el "voto rebelde", "independiente" y "libre". Desde Pamplona hasta Barcelona pasando por Murcia o Valencia, el candidato de IU a la Presidencia del Gobierno ha clamado desde los escenarios de sus mítines contra la democracia al estilo norteamericano que, a su juicio, quieren imponer socialistas y populares.

Pero Llamazares no está dispuesto a que gane el "bipartidismo feo" que tuvo su máxima expresión en el debate televisivo entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy y defiende una reforma de la ley electoral para que se cumpla un "elemento esencial" de la democracia: "un hombre, una mujer, un voto". El líder de IU ha cargado en esta campaña electoral tanto contra el PSOE como contra el PP y, sobre todo, ha censurado un posible pacto electoral después del 9-M entre los socialistas y CiU.

Durante todos sus actos electorales se ha mostrado convencido de que al PP "no lo salva ni un milagro de la Conferencia Episcopal" y que la "disyuntiva" de estos comicios generales es si el PSOE pactará con IU, CiU o gobernará en solitario. Llamazares ya ha retado desde el estrado al presidente del Gobierno a que aclare si quiere una alianza de "cambio de izquierdas" con su formación o si gobernará con los nacionalistas catalanes. El coordinador general de Izquierda Unida ve a su formación capacitada para gobernar y pone como ejemplo al papel de ICV-EUiA en Cataluña, donde forma parte del Ejecutivo autonómico.

No obstante, ya ha advertido a Zapatero de que "le va a salir muy cara una alianza en términos de izquierdas". En un acto el jueves en Madrid sobre juventud e inmigración, el líder de la federación de izquierdas hizo balance de esta primera mitad de campaña y exclamó que IU "va al alza" y que crecen sus expectativas conforme pasan los días. La formación espera conservar los cinco diputados que conformaron el grupo parlamentario de IU-ICV la pasada legislatura y aspira a arañar algún escaño más por Madrid, Sevilla o Asturias. Estos escaños, resume siempre Llamazares, no se disputarán curiosamente con el PSOE, sino que oscilarán entre Izquierda Unida y el PP.

Este argumento le ha servido al candidato de IU para denunciar durante estos días la "inutilidad" y el "fraude" que, a su juicio, supone el "voto útil" del PSOE para frenar una posible llegada del PP al Gobierno. En todos sus actos electorales ha defendido que IU es el "valladar" frente a la derecha y la garantía de un "cambio de izquierdas", que se plasmaría en una serie de normas sociales, labores, fiscales y ecológicas. A lo largo de estos ocho días, Llamazares ha propuesto un Ministerio de la Mujer, rebajar al 22 por ciento la precariedad laboral, un pacto de Estado contra la corrupción urbanística, un impuesto sobre los beneficios especiales de la banca o la gratuidad de los estudios universitarios, entre otros aspectos.

Pero en sus discursos los mayores aplausos siempre los ha recibido al recordar la guerra de Irak y pedir que se retiren también las tropas de Afganistán, que los tribunales internacionales juzguen al ex presidente José María Aznar y que se inhabilite a todos los miembros del Consejo de Ministros que aprobó el envío de soldados a la nación iraquí. A Llamazares le quedan otros 3.000 kilómetros por recorrer que le llevarán a Palma de Mallorca, Gijón, Madrid, Bilbao o Sevilla, donde tendrá la oportunidad de volver a explicar sus propuestas entre banderas republicanas y del PCE y gritos de "salud y República".