Patxi López no se dejará comer la tostada por el PNV que, desde las poderosas Diputaciones Forales (son las que recaudan el dinero), quiere disputar a los socialistas el protagonismo en la dirección del País Vasco. Ayer mismo, el lendakari advirtió al partido que preside Iñigo Urkullu de que no utilice las instituciones que controla para hacer oposición al Gobierno vasco y marcar directrices en un pretendido liderazgo que corresponde al Ejecutivo.

El aviso del lendakari no fue casual. De hecho, se produjo horas después de que los responsables peneuvistas de la Diputación Foral de Vizcaya y el propio Urkullu pusieran en cuestión la efectividad de una reunión promovida por el Gobierno para abordar medidas contra la crisis. Además, el PNV inicia hoy mismo una ronda de contactos con el resto de partidos, incluido el PSE, para exponer el contenido de su oferta de pacto de estabilidad presupuestaria. El objetivo del PNV es que, una vez neutralizada la posible moción de censura en Alava para echarles del Gobierno de la Diputación, se pueda ver su capacidad de iniciativa política.

La dirigente Belén Greaves, mano derecha de Urkullu en la ejecutiva, negó ayer que estén por la "confrontación" y vaticinó que si su partido fragua ese acuerdo de estabilidad presentado al resto de fuerzas políticas, será el logro "más importante" para plantar cara a los problemas de la situación económica.

EXPECTATIVAS Los socialistas vascos, que hoy acudirán a la cita en la sede del PNV en Bilbao, han rebajado, sin embargo, las interesadas expectativas que sus promotores dan al encuentro. Lo explicó el secretario de organización del PSE y consejero de Interior, Rodolfo Ares, al subrayar que cualquier acuerdo con el PNV sobre políticas presupuestarias "tendría que tener cabida" en el pacto firmado en marzo con el PP.