Madrid despertó este año 2013 de un sueño olímpico que la había mantenido ilusionada, activa e inversora durante casi tres lustros y se encontró además con que tampoco llegarían los casinos y los hoteles del proyecto Eurovegas del magnate estadounidense Sheldon Adelson.

Dos proyectos de enormes proporciones que iban a suponer grandes inversiones económicas, impulsar el turismo y la imagen de Madrid y generar decenas de miles de puestos de trabajo durante los próximos años.

Aunque Adelson afirmó en febrero de este año que Eurovegas se levantaría en el municipio de Alcorcón y en julio fue registrado en la Comunidad, casi a punto de finalizar el año, se ha sabido que el Gobierno había rechazado las condiciones exigidas por Las Vegas Sands, entre ellas un "blindaje" de la inversión y una indemnización si en el futuro cambiaban las normativas que afectan al proyecto.

Adelson confirmó de inmediato la noticia y explicó: "No vemos un camino que pueda conducir a obtener los criterios necesarios para sacar adelante este desarrollo de gran escala. Ya no perseguiremos esta oportunidad".

Casi cien días antes, el 7 de septiembre, el entonces presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, dio un portazo a las ilusiones olímpicas de Madrid al anunciar en Buenos Aires que los Juegos de 2020, los terceros consecutivos a los que optaba la capital de España, serían en Tokio.

Los aros olímpicos volaron hacia Asia, hacia donde podría volar también la inversión de Adelson, y se llevaron las promesas de inversión y de empleo, de incremento del turismo y de situar a Madrid entre las grandes urbes globales.

El mismo día de la derrota, todavía en Argentina, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella -sobreponiéndose a las críticas que aquel día arreciaron por su forma de hablar inglés y por haber invitado a los miembros del COI a un "relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor"-, reconoció su "tristeza" por la derrota pero expresó su voluntad de seguir mirando hacia el futuro.

Y lo que se encontró Madrid al mirar hacia el futuro fue que la crisis continuaba, con sus consecuencias atenuadas ante la falta del deseado objetivo, y que los ajustes también seguían ahí.

Una y otros se habían sumado durante todo el año para dar lugar a un sinfín de protestas en forma de "mareas" de todos los colores, especialmente, este 2013, "blancas".

El año comenzó con una resolución del Tribunal Constitucional que suspendía cautelarmente la aplicación del cobro de un euro por receta y que seis meses después fue ratificada, aunque la medida está recurrida por el Gobierno regional.

Se acumulan además un sinfín de denuncias contra la externalización de la gestión de seis de los nuevos hospitales madrileños presentadas por asociaciones y partidos políticos, que han dado lugar a la suspensión del concurso en dos ocasiones, una en julio y otra en septiembre, esta última en vigor a final de año.

Las protestas contra los ajustes dieron lugar también a una huelga de limpieza que situó a la ciudad de Madrid en las portadas de muchos medios de comunicación extranjeros, con desperdicios fotografiados mil veces y huesos de jamón en la acera que dieron una imagen muy diferente a la gloria olímpica que se había pronosticado.

La alcaldesa y su gobierno recibieron un aluvión de críticas, de la oposición y de la calle, por no intervenir hasta que pasó más de una semana, cuando decidió que los servicios mínimos, reiteradamente incumplidos, fueran asumidos por una empresa pública.

Durante 2013 se produjo también la instrucción del caso Madrid Arena, del que se cumplió un año el 1 de noviembre y que se ha llevado por delante este año a parte del gobierno de Ana Botella.

De la crisis deriva también la continua reclamación al Estado del presidente madrileño, Ignacio González, de un nuevo modelo de financiación "justo" y "equitativo" con la región "más solidaria" de España y, a pesar de eso, según sostiene, la "más castigada" por el reparto de los fondos del Estado.

Pese a todo, el año acaba con la aprobación de la presentada como "la mayor rebaja fiscal de la historia de la Comunidad", con 1.100 euros de ahorro medio por madrileño, con medidas como la rebaja de 1,6 puntos en el tramo autonómico del IRPF, que se aplicará de manera progresiva y beneficiará al 80 % de los contribuyentes.

En el lado positivo de 2013 hay que colocar también la declaración del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, un viejo sueño que finalmente vio la luz al llegar el verano.