La controversia sobre la circular de la Consejería de Educación del Gobierno vasco que califica de inmigrantes a los alumnos procedentes del resto de España que se incorporan a su sistema educativo adquirió ayer mayor dimensión con la decisión de Consejo de Ministros de enviar un requerimiento exigiendo su retirada. La iniciativa fue promovida por el Ministerio de Educación, a pesar de que éste acaba de editar un libro donde los niños de Primaria que hablan catalán, euskera o gallego en la Comunidad de Madrid también son llamados inmigrantes.

La publicación Plurilingüismo en Madrid , coeditado en el 2003 por el Centro de Investigación y Documentación Educativa (CIDE) del Ministerio y la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, hace un análisis de "las lenguas de los alumnos de origen inmigrante en Primaria". A la hora de clasificarlos, coloca en la misma categoría a los escolares provenientes de Cataluña, País Vasco y Galicia que a los que proceden de Albania, Eslovaquia o Ucrania, englobándolos todos ellos dentro del epígrafe "lenguas europeas".

EXTRANJEROS

La evidencia de que es algo común entre los sociólogos, demógrafos y expertos educativos referirse al alumnado procedente de otras comunidades como inmigrantes, mientras que a los que no disponen de la nacionalidad española se les denomina extranjeros, no evitó ayer que la consejera de Educación del Gobierno de Vitoria, Anjeles Iztueta, fuera blanco de las críticas.

El PP y el PSE-EE presentaron en el Parlamento vasco sendas mociones de censura contra Iztueta, que no tienen posibilidades de prosperar, mientras que el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, difundió un comunicado en el que califica la circular de "contraria a los principios constitucionales" por usar el término "inmigrante" al aludir al alumnado español que se matricula en el sistema educativo vasco.

La instrucción de la Consejería de Educación recomienda que los alumnos recién llegados a Euskadi que se matriculen fuera del periodo ordinario sean escolarizados en los modelos preponderantes, el B, bilingüe (castellano y euskera) o el D, íntegramente en euskera, aunque siempre prevalecerá la decisión de los padres.

La tormenta política fue ayer avivada por el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, que acusó a la consejera de Educación de "llevar adelante el plan Ibarretxe en materia educativa". El presidente del Gobierno, José María Aznar, ya había tildado la víspera de "monstruosidad" que el Gobierno vasco trate como extranjeros a los alumnos del resto de España. El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, se añadió al cortejo de críticas y envió una carta a Ibarretxe en la que le pide que rectifique porque en su comunidad él "nunca toleraría que se considerase inmigrante a un vasco".