Los gobiernos de España y Marruecos pueden recoger hoy los primeros frutos del final de la crisis bilateral. La pesca y la emigración, dos de los asuntos que más contribuyeron a caldear el conflicto, serán los primeros temas en que ambos ejecutivos intentarán volver a cooperar y acelerar así la normalización de relaciones diplomáticas.

El ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Miguel Arias Cañete, viaja hoy a Rabat para concretar con su homólogo marroquí, Mohamed Taiel Rhafes, la propuesta de Mohamed VI. El Rey ofreció a los barcos gallegos afectados por el Prestige la posibilidad de pescar durante tres meses en aguas marroquís.

Aunque los detalles técnicos de la propuesta no se conocen de forma oficial, todo indica que los beneficiarios serán las embarcaciones que ya pescaban en el caladero marroquí cuando regía el acuerdo con la UE. Este, que acabó en diciembre de 1999, permitía pescar en Marruecos a 400 barcos españoles, 131 de ellos, gallegos. El fracaso en el 2001 de las negociaciones para renovar el pacto fue el inicio de la crisis bilateral.

FIN DE LA HOSTILIDAD

Altos cargos del ministerio marroquí de Empleo se reunirán hoy con los responsables de la Consejería Laboral y de Asuntos Sociales de la Embajada española para iniciar los trabajos para crear la Comisión Mixta sobre Inmigración.

Lo que es un hecho es que Mohamed VI ha dado órdenes a su Gobierno de poner fin a la crisis. La prensa oficialista marroquí ha dejado de atacar a España y las autoridades gubernamentales han convertido en amabilidad la hostilidad que destilaban hacia los diplomáticos españoles.