El partido socialista ha puesto en marcha una investigación sobre las relaciones que habrían establecido al menos dos ejecutivos del sector corrupto de la construcción inmobiliaria con los diputados socialistas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez para poner el Gobierno de Madrid a tiro del PP. Según fuentes del PSOE, la traición cometida "no les puede salir gratis".

La relación entre la mafia de la construcción y los diputados se encuadraría en una estructura mucho más amplia que pretendería evitar que el PSOE, con Rafael Simancas al frente del Gobierno de Madrid, pusiera coto a su enriquecimiento ilimitado.

Mientras el equipo de José Luis Rodríguez Zapatero, reunido anoche en la sede socialista, preparaba la respuesta jurídica y política a esta crisis, la investigación avanza sobre hipótesis concretas. Aunque la fase indagatoria se presenta compleja, esas fuentes que exigieron anonimato anticiparon que el objetivo es hallar bases sólidas para querellarse.

Si la investigación consigue arrojar datos sólidos, el PSOE solicitaría al PP su colaboración activa en la misma pues de lo que se trata, dijeron, es de "defender la democracia".

La sospecha de que los diputados que se ausentaron de la Asamblea de Madrid actuaron en defensa de oscuros intereses económicos y urbanísticos es compartida por todos los cuadros del partido. Ayer, Manuel Chaves aseguró que tenía "casi la convicción", de que "algunos entramados intereses económicos y urbanísticos no tenían ningún interés de que el PSOE gobernase la comunidad madrileña". Otra idea que se abre paso con nitidez es que en el montaje participó algún experto en operaciones de imagen. M. S. D.