El enviado especial por el presidente de Malí, Amadou Toumani Touré, para negociar con Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) la liberación de los tres cooperantes catalanes secuestrados en Mauritania el pasado noviembre ha hecho llegar a Bamako, la capital del país, noticias alentadoras. La misión está bien encarrilada, aseguran fuentes de la nobleza árabe del Sahel, que se mantienen en contacto con los negociadores. El jefe de la delegación gubernamental, un excombatiente tuareg, ha aportado "una prueba de vida" de los cooperantes que abre una nueva etapa, tal vez definitiva, en el proceso. Se trata de un vídeo reciente en el que aparecen Albert Vilalta, Roque Pascual y Alícia Gàmez con aspecto de tener buena salud y junto a dos hombres cubiertos con turbantes y armados con rifles kalashnikov.

Serge Daniel, el veterano corresponsal de la agencia France Presse en Bamako, ha podido ver la cinta. "Dura unos pocos minutos --explica Daniel--. Los tres españoles aparecen sentados delante de un decorado que evoca el desierto. Los hombres armados están de pie junto a unas banderolas con lemas escritos en árabe". Daniel explica que el emisario del Gobierno maliense se ha limitado a asegurar que los cooperantes "están bien". Las fuentes antes citadas apuntan que el vídeo podría ser una prueba solicitada por los negociadores malienses y españoles antes de pasar a una nueva fase en el diálogo con los secuestradores.

Mientras en España el Gobierno ha construido un muro de silencio en torno al secuestro de los tres cooperantes, en Malí altos cargos militares se muestran convencidos de que la crisis de los rehenes españoles se resolverá "pronto" y los catalanes "volverán a casa sanos y salvos". Es más, los nobles árabes del Sahel especulan con la posibilidad de que el Gobierno maliense haga un anuncio importante sobre este asunto coincidiendo con la celebración de la reunión de la Liga de Tribus del Sáhara, el próximo 28 de febrero.

GADAFI, MEDIADOR La reunión contará con un invitado de honor: el presidente de Libia, Muamar el Gadafi. El dato no carece de importancia. La Fundación Gadafi, impulsada por el líder libio y presidida por uno de sus hijos, podría tener un papel relevante en la mediación para la liberación de los rehenes, como ya lo tuvo en varios secuestros anteriores perpetrados por AQMI. "Gadafi quiere hacer ver al mundo que es un hombre de paz", explican fuentes tribales.

Las exigencias de la franquicia de Bin Laden no contemplan en este momento el canje de presos islamistas por los cooperantes españoles, reivindicación que sí se da en el caso del rehén francés Pierre Camatte y de una pareja italiana, también secuestrada en Mauritania. "La diferencia entre unos y otros --explica un experto en grupos islamistas de la zona-- es que los catalanes fueron secuestrados por la célula que controla Muktar Ben Muktar en el noreste de Malí". Esta rama de islamistas, formada por mauritanos, se considera bastante menos radical que la facción del emir argelino Abu Zeïd, a la que se atribuye el secuestro del francés y de los dos italianos.

UNA CAUSA NACIONAL "El presidente Amadou Touré ha convertido la liberación de los españoles en una cuestión de Estado", aseguran a este diario altos cargos militares de Malí. "Primero hay que resolver este conflicto y después la presidencia se ocupará del resto de los problemas que atañen a este país", comenta el general Koné, de la oficina del primer ministro maliense. "Nos estamos jugando la credibilidad de nuestro país", lamenta Lamine Diabira, el exgobernador de Tumbuctú, santuario de los integristas junto a las zonas de Kidal, Gao y la región de la frontera con Níger, donde permanecen retenidos los tres cooperantes. "La solución siempre pasa por la paz y no por la violencia", dice Diabira, para quien el rol de los jefes de las tribus árabes y tuareg en las conversaciones con los terroristas es "fundamental".

La ofensiva de Al Qaeda en el Magreb islámico y su cadena de secuestros ha empezado a causar serios estragos en la población, que se muestra muy hostil hacia las posiciones radicales.