Varios miles de personas reclamaron ayer en Bilbao la libertad de los jóvenes detenidos por su presunto vínculo con Segi, la organización ilegalizada que policías y jueces identifican como la cantera de ETA. La marcha, que estuvo mucho menos concurrida que la celebrada hace un mes después del arresto de Arnaldo Otegi y Rafa Díez, discurrió entre gritos a favor de la independencia y bajo un gran despliegue policial.

Los agentes vigilaron el cumplimiento de las órdenes dadas horas antes por la Audiencia Nacional, que prohibió expresamente la exhibición de pancartas y las consignas a favor de la banda terrorista o de grupos declarados ilegales.

La manifestación, bajo el lema Todos los proyectos, todos los derechos , contó con el apoyo de la izquierda aberzale y de dos fuerzas parlamentarias, Aralar y Eusko Alkartasuna, que han puesto así en práctica su apuesta por la confluencia entre partidos soberanistas. Al pasar junto a una comisaría de la Ertzaintza, los participantes corearon frases contra el consejero de Interior vasco, Rodolfo Ares, contra el PSOE y contra la policía. Los familiares de los detenidos pidieron "reflexión" a los políticos, ignorando las acusaciones que pesan sobre los jóvenes de apoyar la violencia.