La portavoz de la Asociación de Afectados del 11-M reservó una parte de sus reproches para algunos medios de comunicación. Pilar Manjón no criticó que las televisiones, los diarios y las agencias hicieran públicas las imágenes de los muertos y heridos, ni que contasen sus historias. A lo que dijo "no" es al periodismo-espectáculo, a la crudeza y a que nueve meses después los familiares sigan sobresaltándose al ver las caras o los cuerpos de sus muertos en los medios de comunicación.

"YA NO SON NOTICIA" Aunque admitió que las imágenes sirven para informar y sensibilizar, dejó claro que ahora "ya no son noticia" y dudó de la sensibilidad de los directores de algunos medios. "Mientras por un lado acuden a nosotros una y otra vez para que les contemos nuestro calvario, se olvidan cuando el mercado les llama", reprochó. Y acabó: "Vendida ha quedado su conciencia de periodistas a la ley de las audiencias". Sin negar el derecho a informar, dijo que por encima está el derecho de los ausentes "a preservar su intimidad". Su dolor como madre de una de las víctimas le permitió explicar muy claramente por qué les duele a los afectados el goteo de imágenes. Porque es "un paso atrás" en su recuperación. Manjón relató que verlas borra de un plumazo unos esfuerzos de superación de varias semanas y les lleva al principio: "Volver a imaginar cómo pudieron haber muerto" y a "especular sobre si sufrieron o no". Explicó la lucha de los miembros de la asociación por conservar "un recuerdo feliz" de los que murieron, y echó en cara a los medios que se lo dificulten: "Se empeñan en arrojarnos el horror en nombre del espectáculo".

Manjón se mostró indignada porque aparecieron en los medios, anunciadas como exclusiva, las imágenes de las cámaras de vigilancia de los andenes de RENFE. Se preguntó cómo pudo pasar si las cintas fueron requisadas por la Policía y depositadas en la Audiencia. "¿Cómo pudieron filtrarse? ¿Quién lo permitió o las vendió?", interrogó.

LA PRUEBA Manjón fijó una fecha cercana en la que, afirmó, podrá medirse "la talla moral de todos y cada uno" de los directores de diarios y televisiones. Espera al próximo 11 de marzo, el primer aniversario de la masacre, para que los periodistas "demuestren de qué madera están hechos". No quedó lugar a dudas, pero ella insistió: "Fueron asesinados en un acto colectivo, pero su derecho al honor y a la propia imagen lo representamos en su individualidad los que les hemos sobrevivido".