El presidente de la Junta de Extremadura tiene por delante importantísimos retos para el futuro de la región en unos momentos especialmente difíciles. Hay que abordar la situación socioeconómica actual, caracterizada por elevado desempleo y precariedad laboral, economía sumergida, baja actividad y desequilibrio en la estructura económica, bajos niveles de renta en contraste con una alta inflación, escaso margen fiscal, considerable restricción crediticia y financiera y fuerte caída de los recursos propios y ajenos.

Mantener y crear empleo digno ha de ser prioritario, y hay que apostar por incentivar la industria y la economía productiva. Se ha de garantizar la universalidad y gratuidad de derechos como la sanidad, la educación y la dependencia

Las medidas que se adopten han de encontrar su marco en el Pacto Social y Político aprobado unánimemente por la Asamblea. Por otro lado, debe promoverse una reordenación poblacional, territorial, administrativa y de servicios para racionalizar y distribuir mejor los esfuerzos y recursos públicos.

El presidente tendrá que saber enfrentarse a una política económica española y europea basada en un férreo ajuste presupuestario, sin margen para la activación económica y del empleo. Por último, es fundamental contratar con la ciudadanía un catálogo de acciones destinado a recuperar la política para la sociedad.