Josep Piqué enfoca hoy su moción de censura contra Pasqual Maragall con el propósito de concentrar sus críticas en la "parálisis" del tripartito. El líder del PP catalán combinará la denuncia de la inactividad del Ejecutivo y la falta de cohesión del tripartito con un discurso más positivo, en el que apelará a la clase política catalana a recuperar la confianza de los ciudadanos cambiando su forma de hacer política. La crisis del 3% y las acusaciones de corrupción estarán presentes en sus reflexiones, pero de forma secundaria.

Piqué esbozará su receta particular para que Cataluña remonte la actual crisis. No expondrá un programa de gobierno pormenorizado, pues el PP --con sólo 15 diputados-- es el primero en admitir que su moción de censura no prosperará.

A la hora de criticar al Gobierno, Piqué pondrá en el centro de su diana a Maragall, a quien pedirá explícitamente que "se vaya" por su "incapacidad" para seguir gobernando tras la crisis del 3% y el cúmulo de declaraciones que ha encadenado desde entonces. Tampoco se olvidará del líder de CiU, Artur Mas, que considera no ha estado a más altura que el president durante la crisis.

Maragall tiene intención de liquidar el debate de la forma más rápida posible. El presidente y el conseller en cap , Josep Bargalló, se centrarán en ofrecer una imagen de cohesión del tripartito y en demostrar que el Ejecutivo gobierna desgranando las medidas adoptadas desde su llegada.

PREVIA EN EL CONGRESO En Madrid, el Congreso se convirtió en la antesala de la moción de censura. Mariano Rajoy denunció la "ineficacia e incompetencia" de la Generalitat, y acusó a Zapatero de prodigar "declaraciones florales" y "echar la culpa a otros", en referencia a CiU.

Le replicó Zapatero que siempre ha sido "sensible" a esta crisis. Tanto, que el 11 de febrero aprobó ayudas para los afectados del Carmel. Y recordó que ese mismo día visitó el barrio. "Usted no ha tenido tiempo, por sus ocupaciones, de ir a Barcelona", le reprochó en tono jocoso.