Pasqual Maragall afirmó ayer, tras tomar posesión de la presidencia de la Generalitat catalana, que su Gobierno no ha de "romper nada" en la relación entre Cataluña y España, aunque advirtió de su voluntad de "tirar de la cuerda" que, dijo, "lleva hacia Europa y hacia un nuevo patriotismo". Maragall afirmó esto, con el fondo de las voces que, en la barcelonesa plaza de San Jaime, coreaban eufóricas "¡Ja som aquí!" (Ya estamos aquí), parafraseando al expresidente Josep Tarradellas y su "¡Ja soc aquí!" (Ya estoy aquí) de 1977.

Tras la ceremonia, el nuevo presidente, salió al balcón para saludar a los centenares de personas concentradas. Tal y como estaba previsto, le acompañaban el consejero jefe, Josep Lluís Carod-Rovira (ERC), y el de Relaciones Institucionales y Participación, Joan Saura (ICV), que pronto se vieron acompañados de flamantes consejeros del nuevo Gobierno y dirigentes de los tres partidos que lo componen (PSC- ERC e ICV). Fuera de programa, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, se sumó a la fiesta y salió al balcón junto a Maragall, en un gesto que indignó a CiU.

EL PATRIOTISMO SOCIAL El presidente de la Generalitat proclamó su apuesta por "un nuevo patriotismo", que describió como "el de los derechos sociales, el de la dignidad" de las personas. Maragall añadió que para llevarlo a cabo se precisan "medios suficientes" en alusión a un nuevo Estatuto y una nueva financiación para Cataluña. "Que no se nos pida que renunciemos a ello, porque no podemos hacerlo, no podemos renunciar ni a estos medios ni a este poder. Sería tanto como renunciar al proyecto más digno que un país pueda imaginar", añadió.

El presidente reiteró el deseo de autoafirmación nacional de los catalanes y de su voluntad de convivir con los otros pueblos de España, en términos de igualdad y equidad. "No seremos nosotros quienes romperemos esto. En todo caso, serán otros y se lo pondremos difícil", dijo.

Posteriormente, Maragall se dirigió a las personas congregadas en la plaza de San Jaime para afirmar que, después de más de 100 años, ésta es la primera vez que la izquierda gobierna en Cataluña en condiciones de normalidad, en alusión a las difíciles circunstancias que vivió la Generalitat de izquierdas durante la etapa republicana.

FELICITACION DE PUJOL El acto se inició con una breve intervención de Jordi Pujol, que felicitó a Maragall y expresó su deseo de que la etapa del nuevo Gobierno dé resultados positivos para Cataluña. A la toma de posesión de Maragall asistieron unas mil personas entre las que estaban la ministra de Administraciones Públicas, Julia García Valdecasas, los presidentes autonómicos socialistas de Aragón, Marcelino Iglesias; de Asturias, Vicente Alvarez Areces; y de Andalucía, Manuel Chaves y el futuro presidente del Euskadi Buru Batzar de PNV, Josu Jon Imaz.

Entre los presentes estaban también el expresidente portugués Mario Soares; el representante de la Política Exterior de la Comisión Europea, Javier Solana; el comisario europeo de Economía y Asuntos Monetarios, Pedro Solbes; el presidente del Gobierno de Andorra, Marc Forné; la presidenta del Congreso de Chile, Isabel Allende; el expresidente de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, y las cúpulas de todos los partidos catalanes.

EL NUEVO GOBIERNO Tras el acto, Maragall firmó los decretos de nombramiento de los miembros del nuevo Gobierno que mañana tomarán posesión para, acto seguido, celebrar la primera reunión del Consejo Ejecutivo.

Una vez rubricados sus primeros nombramientos como presidente, Maragall celebró un almuerzo con, entre otros, Carod-Rovira, Saura, el presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, y la mayoría de los dirigentes políticos que habían ido a la toma de posesión. Antes, Jordi Pujol abandonó el Palacio de la Generalitat acompañado de su mujer, Marta Ferrusola, y de su hijo Oriol. En la calle fueron recibidos por insultos, gritos e improperios, al igual que los miembros de su Gobierno que habían asistido a la ceremonia.