Conforme la marejada económica crece y amenaza con llevarse por delante la delicada construcción del zapaterismo, Mariano Rajoy afina su discurso y se aleja del catastrofismo. Los insultos personales dejan paso a las críticas, duras, muy duras, pero razonadas. Rajoy vuelve a ser el político escurridizo que intenta ser moderado, aunque parece haber perdido para siempre su fina ironía. "No están los tiempos para bromas", nos dice en su despacho particular del Congreso de los Diputados.

--El Gobierno ha protagonizado una desafortunada vuelta del verano. Han aparecido voces desde el PP y desde fuera que han empezado a pedir elecciones anticipadas. ¿Volveremos a oír el váyase...?--Anticipar las elecciones es una potestad del presidente del Gobierno y a mí y a los españoles lo que nos interesa es que se rectifique la política económica para poder salir de la crisis.

--¿Opina que Zapatero se está quedando solo como están diciendo algunos medios de comunicación que hasta ahora apoyaban su política?--Del señor Rodríguez Zapatero, de su persona, no voy a decir nada. Lo que digo es que está gobernando muy mal y que la política económica que está llevando a cabo es disparatada. Me da igual si está solo o acompañado o le ayudan, o le apoyan, no lo sé... Pero una política económica que cambia todos los días y se basa en improvisaciones me parece letal.

--El presidente dice ahora que lo peor de la crisis ha pasado y que la recuperación arrancará en unos meses. Sigue optimista. ¿Seríamos incautos si le creyéramos otra vez?--El problema es que Zapatero parte de un diagnóstico falso y luego sus únicas medidas han sido gastar y gastar. Y ahora, subir los impuestos. Y luego, improvisar constantemente, creando una enorme desconfianza. Con esta política es imposible salir de la crisis.

--Pero los organismos internacionales sí ven una luz al final de túnel, aunque seguramente más tarde que otros países.--Todos dicen que aún no hemos tocado fondo. Pero el debate no es si hemos tocado fondo o no. El problema es que nos quedemos durante muchos años en el suelo y seamos incapaces de levantarnos. No podremos aguantar mucho tiempo una tasa de paro del 18%, entre otras cosas porque cuesta al país 36.000 millones de euros al año, más de seis billones de pesetas.

--A usted se le achaca no haber formulado una alternativa.--Primero hay que hacer un diagnóstico correcto, que sigue sin hacerse. Además de la crisis financiera internacional, España tiene un nivel de endeudamiento gravísimo, un problema de falta de competitividad y de desplome de la construcción. Luego hay que hacer un plan. No se pueden estar tomando todos los días decisiones contradictorias. Ahora doy 400 euros, mañana los quito. Ahora bajo impuestos, ahora los subo. Esta política baja la moral de la gente.

--¿Su plan?--Haría algo parecido a lo que hicimos en 1996. Un plan de aus-Pasa a la página siguiente